Por qué una tasa al comercio por Internet puede acabar perjudicando al comercio local

Por qué una tasa al comercio por Internet puede acabar perjudicando al comercio local
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Una tasa a las grandes plataformas de comercio electrónico. Esta es la medida con la que se quiere poner coto a la expansión de las grandes plataformas, limitando la competencia que ejercen sobre el pequeño comercio local que se ve en inferioridad para competir. Sin embargo, es posible que una tasa al comercio por Internet acaba perjudicando al comercio local.

No es algo nuevo. Ciudades como Barcelona o Nueva York ya han apostado por grabar las entregas a domicilio de las grandes plataformas, como una fórmula para tratar de reducir el tráfico de mercancías dentro de la ciudad que ha crecido exponencialmente en lo últimos años generado muchos problemas de circulación y medioambientales. Tiene sentido.

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La música puede sonar bien, pero la realidad es que luego la mayoría de los repartidores son autónomos, por lo que una tasa por entrega lo más probable es que acabe por repercutir en sus márgenes, ya de por sí bastante estrechos.

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El problema es que la comisión de expertos recomienda que dicha tasa sea aplicada también al comercio local que vende por Internet para evitar discriminaciones, no solo a grandes plataformas como Amazon, Ali-Express o El Corte Inglés o Carrefour, por citar algunas de ellas. De esta manera la tasa para protegerles se vuelve como un bumerán contra ellos.

Porque como ocurre con los repartidores, hace que el margen para vender por Internet sea mucho menor para el pequeño comercio. O el producto más caro para el consumidor final, lo que al final acaba por retraer el consumo y mermar la facturación de los pequeños comercios.

Uso del dominio público

Esta cuestión del comercio online se puede impulsar de muchas maneras. Por ejemplo, desde el Ayuntamiento de Barcelona se ha sugerido que la tasa sea en función del tipo de vehículo. Es decir, tasa si se reparte en furgoneta o camión, pero no si se hace la última milla en bicicleta, por ejemplo.

El problema es que una tasa por ocupación de la vía pública afectaría también a otras actividades que no son estrictamente comercio electrónico. ¿Tendría que pagar un restaurante que envía comida a domicilio? Desde luego realizan la misma ocupación del dominio público para ejercer su actividad. No hablo ya del fenómeno de las "dark kitchen" sino de cualquier pizzería de barrio que tiene uno o dos repartidores.

El problema es que si no se aplica bien la tasa al final va contra los márgenes de aquellos a los que se quiere proteger. Porque se habla de proteger al pequeño comercio, pero solo se protegerá al comercio tradicional que tiene un único punto de venta.

En un momento como el actual, donde con el Kit Digital se está impulsando la venta online para muchas pequeñas empresas, lo cierto es que no tiene mucho sentido una tasa de este tipo. Incluso aunque solo se aplique a grandes plataformas, la realidad es que son muchísimos los pequeños comercios y negocios que venden a través de ellas, que también saldrían perjudicados.

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