
La decisión del Gobierno de no actualizar el mínimo exento de tributar por el IRPF tras la última subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha generado un fuerte debate tanto dentro de la coalición de Gobierno como en el ámbito parlamentario.
Sin embargo, a pesar de la controversia política, los datos de Eurostat y Eurofound recogidos por El País muestran que la tributación del SMI en España sigue siendo una de las más bajas de la Unión Europea.
Política fiscal
Hasta el momento, el SMI había estado exento del pago del IRPF debido a actualizaciones constantes del mínimo exento. En un lustro, los salarios mínimos se han incrementado más de un 50 % (hoy, 15.876 euros anuales), por lo que el Ministerio de Hacienda ha optado por no incrementar el umbral de tributación, lo que afectará a un 20 % de los trabajadores que cobran el salario mínimo.
A pesar de la polémica generada, que esta semana ha generado controversia entre el Ministerio de Trabajo y el de Hacienda, Eurostat señalaba, en 2023, un trabajador soltero sin hijos con un salario equivalente al 50 % del sueldo medio destinó solo el 6,7% de su salario a impuestos, una cifra muy inferior a la media comunitaria del 19 % (El País).
En este sentido, países como Alemania (28,8 %), Portugal (20,6 %) o Francia (13,8 %) aplican tipos significativamente más elevados a los ingresos más bajos.
No obstante, en la mayoría de los casos, el elefante en la habitación se encuentra entre en las cifras comparativas entre el coste de vida y el salario medio. Mientras España mantiene un gasto nominal per cápita de más de 17.500 (sindo el salario medio de 21.900 y el salario mínimo notablemente menor), los salarios medios de muchos países del centro y el norte de Europa suelen duplicar el coste de vida y, en la mayoría de los casos, alcanzan para contar con capacidad de ahorro.
Coste de vida
De este modo, el impacto fiscal para los trabajadores con SMI será reducido: hay una parte significativa (20 %, solteros, sin cargas familiares) que comenzará a tributar, pero cuya medida podrá suponer un incremento impositivo de 300 euros anuales de media.
En cuanto al impacto económico, aunque esto representa un tipo marginal elevado sobre el incremento salarial, el tipo medio del total de su renta es mucho más bajo, situándose en torno al 1,8 %.
En este sentido, es más preocupante la inflación de la economía española, en especial, su afectación en los hogares con ingresos más bajos: el aumento en la cesta de la compra ha experimentado subidas significativas, con alimentos básicos como el aceite de oliva o la carne alcanzando precios récord; a todo ello, se suma el encarecimiento del alquiler en las principales ciudades.
En comparación con otros países europeos, España sigue teniendo una de las presiones fiscales más bajas sobre los salarios mínimos, pero también cuenta con un mercado laboral con elevada temporalidad, escasa capacidad de ahorro y una estructura de precios que no siempre se ajusta a los salarios bajos.
En este sentido, Alemania o Francia, pese a tener tipos impositivos más altos, muestran una mayor facilidad para acceder a servicios públicos y productos, lo que se traduce en un poder adquisitivo superior.
Trabajadores de SMI
La medida ha generado un choque dentro del propio Ejecutivo. Sumar, de la mano de la propia ministra Yolanda Díaz, ha criticado la medida, apoyada por otras fuerzas, entre las que destacan Podemos, ERC, Bildu y BNG, que la rechazaron de forma frontal, e incluso el Partido Popular, que ha criticado la medida argumentando que debería haberse actualizado.
El Ministerio de Hacienda ha defendido la acción, alegando que, según sus estimaciones, alrededor de un 80 % de los perceptores del SMI seguirán exentos gracias a deducciones familiares y otros beneficios fiscales aprobados en esta legislatura.
En cuanto al impacto económico, se estima que los trabajadores afectados pagarán alrededor de 300 euros anuales en concepto de IRPF. Aunque esto representa un tipo marginal elevado sobre el incremento salarial, el tipo medio del total de su renta es mucho más bajo, situándose en torno al 1,8%.
En términos absolutos, la tributación del SMI seguirá siendo baja en comparación con la media europea. Sin embargo, el cambio de criterio del PSOE supone un giro en la política fiscal aplicada hasta ahora al salario mínimo. Es cierto que el impacto real para la mayoría de los trabajadores del SMI será limitado, pero la medida tiene un peso político importante en un contexto de creciente presión sobre el coste de vida.
¿La realidad? Mientras se debate sobre si es justo gravar estos ingresos a las rentas más bajas, se pasa de puntillas sobre la desigualdad y el encarecimiento del coste de vida, que son problemas más evidentes para la toma de decisiones fiscales. Se puede defender que el SMI ayudará a mantener el coste de vida, pero, desde luego, si hay algo claro y cristalino, es que la mayoría de los españoles no pagan más impuestos porque no pueden.