Por qué la Seguridad Social va a ingresar más con las cotizaciones por ingresos reales
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Por qué la Seguridad Social va a ingresar más con las cotizaciones por ingresos reales

Se estima que cuando se deje de tener la libertad de elegir la base de cotización de los autónomos la Seguridad Social va a aumentar sus ingresos en torno a un 20%, aproximadamente unos 2.000 millones, tras cruzar datos con Hacienda. Pero si van a bajar las cuotas para 1,2 millones de autónomos que ingresan por debajo del SMI, ¿por qué la Seguridad Social va a ingresar más con las cotizaciones por ingresos reales?

Hay dos claves fundamentales para este aumento de ingresos. La primera es que se acaba con las tarifas planas. Si se aprueban los tramos básicos propuestos por UPTA para aquellos que no llegan al 50% del SMI en sus ingresos, la cuota de autónomos quedaría en torno a los 90 euros, que es más de esos 60 que ahora pagan los que inician su actividad con la tarifa plana en su fase inicial.

No todo el mundo pagará más por su cotización

El segundo tramo propuesto entre 6.300 euros y los 12.600 euros, pagarían un 60% de la base mínima que se está pagando actualmente lo que los sitúa en unos 170 euros de cuota. Con estos dos tramos se van 1,2 millones de autónomos. Si tenemos en cuenta que lo que se ha especificado que entre el SMI y los 25.000 euros se va a mantener la base mínima actual, esto implica que los que ganen más de esta cantidad serán los que tengan que pagar más.

Los autónomos con altos rendimientos los más perjudicados

Serán una minoría de autónomos, algo menos de un tercio, pero que van a ver incrementada la cuota en caso de que estén pagando por la base mínima. No todos lo hacen, serán aquellos que opten por esta opción los que más noten en sus cuentas a final de mes. La cuestión se hará por tramos y de forma progresiva, algo parecido a lo que ya ocurre con el IRPF.

Los saltos irán de 5.000 en 5.000 euros, lo que irá incrementando la cuota de los autónomos progresivamente hasta llegar a doblar lo que ahora de paga por la base mínima. Sería para aquellos que tienen rendimientos como autónomos por encima de los 50.000 euros, aunque como todo está por definir. Queda mucho que negociar con los representantes de este colectivo.

Los autónomos tendrán la opción de cambiar sus bases de cotización trimestralmente en función de sus previsiones de ingresos. Porque al igual que ocurre con el IRPF habrá una liquidación una vez acabado el año. A medida que se incrementan las cotizaciones en igual medida lo harán las coberturas, ya que en el caso de las cotizaciones más bajas muchas veces no llegan a la pensión mínima.

Una reforma necesaria que no dejará contento a nadie

Como en todo una reforma de este tipo, que en principio no llegará antes de 2022, no va a ser del agrado de un colectivo tan heterogéneo como el de los autónomos. Los que vean reducida su cuota, aquellos que tienen menos ingresos, sin duda van a agradecerlo. Los que tengan que pagar más, o dejar de invertir sus ahorros en planes de pensiones privadas o de inversión, lo tomarán como un ataque a su libertad de elección.

Al fin y al cabo como autónomos tomamos un riesgo y esa libertad para pagar menos era una de los pocos beneficios que algunos veían en el RETA. Lo que está claro es que es una de las reformas que ha recomendado el Pacto de Toledo y será complicado que no se lleve a cabo más pronto que tarde.

En mi opinión la clave de todo estará en la letra pequeña de los ingresos reales. Si se cotiza por beneficios o como se comenta por rendimientos, no habría problemas. Si se hace por facturación, será injusto para muchos sectores. Un ejemplo, un transportista puede tener una facturación muy alta, pero su rendimiento una vez descontados gastos, por ejemplo de combustible, es muy diferente. Y esta sería la clave.

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