El euro digital avanza con fuerza, pero podría ser una amenaza para las pymes. Estas son las razones

El Euro Digital Avanza Con Fuerza Pero Podria Ser Una Amenaza Para Las Pymes Estas Son Las Razones
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Javier Ruiz

El debate sobre el futuro del dinero en Europa ha dado un giro con el proyecto del euro digital. Mientras países como Rusia han tenido que volver al efectivo tras los ciberataques de la guerra ruso-ucraniana, en la Unión Europea la preocupación es distinta: ¿se puede garantizar un sistema de pagos no dependa únicamente de gigantes tecnológicos o entidades privadas?

Hay más dudas. ¿Qué papel supondrá en las transacciones? ¿Hay gastos extra que deberán imputar las pymes? ¿Es realmente ventajoso frente al efectivo?

El efectivo, todavía protagonista

El uso de efectivo ha ido decreciendo en los últimos años frente al pago con tarjeta y otros medios electrónicos, pero no tanto como podríamos imaginar. Si bien su uso es menor a hace una década, el efectivo sigue siendo esencial: en 2024, el 52 % de las transacciones en la eurozona se hicieron en billetes y monedas.

En España, micropagos y pequeños negocios siguen dependiendo de él porque no genera comisiones y es más accesible para clientes sin banca digital.

El proyecto del Banco Central Europeo busca ofrecer una forma electrónica de dinero público, con el mismo valor que el euro físico. Entre los principales objetivos del BCE están asegurar la soberanía monetaria europeafrente a las grandes tecnológicasy las criptomonedas, facilitar pagos más rápidos y seguros, incluso offline, y garantizar que, al igual que el efectivo, sea gratuito para los ciudadanos.

Sin embargo, el impacto para los pequeños negocios puede ser más peliagudo, ya que plantea tantas dudas como oportunidades. Por ejemplo:

  • Más costes si desaparece el efectivo: hoy, pagar en metálico evita comisiones bancarias.
  • Brecha digital: muchos comercios rurales y clientes mayores aún dependen del efectivo.
  • Ventajas posibles: pagos instantáneos, trazabilidad y reducción de fraude.
  • Competencia: un euro digital fuerte podría presionar a las tarjetas y abaratar servicios financieros para empresas.

Para las pymes y los autónomos, la desaparición del efectivo supondría nuevos costes y vulnerabilidades. Si todo pasa por circuitos digitales, cada transacción implicaría comisiones o dependencia de intermediarios financieros. Además, la privacidad del cliente y del comerciante quedaría limitada, ya que cada operación sería trazable por bancos y autoridades. A esto se suma un riesgo más: la dependencia total de la infraestructura tecnológica. Un apagón, un ciberataque o una caída de sistemas podrían bloquear la actividad económica de golpe, sin margen de maniobra para los pequeños negocios.

Los retos del BCE

Asimismo, el BCE insiste en que el euro digital no sustituirá al efectivo, sino que lo complementará. Sin embargo, experiencias como la rusa recuerdan que los billetes son un respaldo en momentos de crisis.

Además, la realidad muestra una tendencia distinta: el cierre de oficinas y cajeros, unido a las comisiones bancarias crecientes, ha reducido de forma real el acceso al efectivo en muchos municipios.

En países como Suecia, el proceso de digitalización casi ha hecho desaparecer los billetes, hasta el punto de que el propio Banco Central tuvo que intervenir para asegurar que el efectivo siguiera circulando. El riesgo para España es que la promesa de coexistencia acabe convirtiéndose en una sustitución de facto.

De este modo, el euro digital puede ser una oportunidad para modernizar pagos y dar más seguridad a pymes y autónomos. Pero la clave estará en el equilibrio real entre lo digital y lo físico: sin efectivo, muchos pequeños negocios quedarían en desventaja.

Por todo ello, el euro digital solo será un avance real si se mantiene un equilibrio sólido entre pagos digitales y en metálico. El efectivo no es solo un método de pago tradicional: es una red de seguridad en crisis y una herramienta de inclusión financiera para millones de personas. Sustituirlo sería un error; complementarlo, una oportunidad.

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