Una nueva frontera: del conocimiento a la información

Una nueva frontera: del conocimiento a la información
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La gestión del conocimiento explícito está alcanzando su máxima expresión gracias al avance imparable de la informática. Lo que en un principio suponía un esfuerzo por compartir el conocimiento entre los miembros de una organización para convertirlo en un activo intelectual, se ha convertido en un proceso habitual en nuestras relaciones con la tecnología.

Muchas empresas siguen necesitando realizar este esfuerzo (importante y necesario) pero a nivel global parece que existe una tendencia por colocar nuestro conocimiento en “la nube”. El conocimiento es tan accesible gracias a la red y a la tecnología de bases de datos que pasa a convertirse en mera información. Esto puede producir algunos cambios en la organizaciones.

Uno de los principales inconvenientes posiblemente lo encontraremos en las generaciones futuras dado que el acceso a la información influye bastante en los entornos educativos y puede existir la tentación de no darle importancia a “guardar y procesar” la información mediante un proceso mental sino a “encontrarla” por uno tecnológico. Esto sería grabe porque supondría la localización y aplicación de los datos sin un proceso intelectual crítico.

Sería como tropezarse con un dato careciendo de una base sobre la que plantearnos si es correcta o adecuada si no se posee una mente crítica. Los sistemas educativos basados en el “retener” pueden fracasar.

Tengamos en cuenta que este texto es una reflexión sobre el futuro pues actualmente no hemos llegado a un punto de no retorno. Los sistemas educativos deberán adaptarse a este reto y promover el pensamiento crítico y creativo para que los profesionales del futuro tengan herramientas competitivas.

Es cierto que una empresa puede guardar el conocimiento referente a los procesos internos sin que sea información universal de libre acceso. De esta manera, mediante bases de datos, se le da un mayor valor a la empresa que a los empleados. Es decir, siempre se conservaría el capital intelectual independientemente de los empleados que estuvieran en la organización. Desde el punto de vista organizacional esto sería perfecto pero desde el punto de vista humano supone una pérdida de valor frente a los medios técnicos.

La tecnología ya ha supuesto importantes cambios respecto al trabajo manual y mecánico (igualmente diríamos que ha costado muchos puestos de trabajo aunque ha facilitado el desarrollo empresarial) y la era de la información en la que estamos sumidos puede traer algunos cambios:

  • Una parte de nuestro capital intelectual será global y otro privado gracia a los medios técnicos
  • El acceso a la información es y será un valor competitivo importante
  • Las herramientas de control se aplicarán y estudiarán con mayor facilidad
  • Los profesionales serán más dependientes de la tecnología en lo referente al conocimiento/información
  • Se deberá potenciar el análisis crítico para encontrar información útil entre un océano de datos de todo tipo
  • El pensamiento creativo seguirá revalorizándose
  • Se facilitará la creación de estructuras organizacionales en red
  • Los análisis serán cada vez más detallados y se deberá luchar contra la parálisis por análisis
  • Se facilitará la cooperación interdepartamental
  • Los sistemas de formación tenderán a introducirse con fuerza en el medio natural de la información: la red
  • El conocimiento puede perder valor respecto a la experiencia
  • En algunas áreas los trabajadores podrán sentirse controlados, con poca independencia e infravalorados. Problemas en la motivación que deberán ser abordados
  • La fuente de autoridad y liderazgo se podría definir principalmente por la información exclusiva a la que se tiene acceso
  • El sistema educativo superior necesitará adaptarse al manejo de herramientas tecnológicas y al pensamiento crítico
  • Previsibles cambios en las estrategias comerciales derivadas del conocimiento del cliente potencial
  • Aumentará el componente tecnológico de las decisiones estratégicas

Solo son conjeturas pero podría ser perfectamente factible desde mi punto de vista. Ya estamos viendo algunos efectos aunque yo comencé a sentirlo precisamente confeccionando una base de datos de este tipo para una empresa.

Sentía que mi trabajo perdía valor (yo también sería usuario) al facilitar el acceso a soluciones y procedimientos que estaban en mi cabeza y que me hacían diferente pero al aplicarlo me di cuenta de que esto no era como pensaba.

Mejoró el desempeño global pero ante todo saqué una conclusión: el pensamiento creativo y la experiencia serán más importantes que nunca. Marcan y marcarán la diferencia. Es decir, el conocimiento de difícil codificación y difusión (implícito) ganará valor respecto al resto (explícito). ¿Estarán nuestros profesionales a la altura?

Pymes y Autónomos | ¿Qué es el “conocimiento empresarial”?, El milagro japonés (III): Facilitando la creación del conocimiento, ¿Somos dueños de nuestro conocimiento?
Imagen | Kodomut

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