La red de contactos: el nuevo paradigma

La red de contactos: el nuevo paradigma
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Los italianos dicen eso de piano piano, va lontano (o algo así). El equivalente a nuestro tacita a tacita. Y tienen razón. Afortunadamente, poco a poco, parece que en el mundo de los emprendedores, de la iniciativa empresarial se esta empezando a poner el sol sobre aquella idea de que lo fundamental para un proyecto era el tener dinero. Todos los problemas se reducían, todo se solucionaba, todo era cuestión de dinero.

Hoy por hoy, esa idea empieza a no llevarse, a no ser cool. Y entre las candidatas a reemplazarla están las que apuestan por el networking, por la red de contactos. Sin una buena agenda, sin una buena red de contactos, no eres nadie. Y en correspondencia a esta tendencia nacen multitud de iniciativas que pretenden fomentar esa visión, con más o menos éxito.

Lo cierto es que sus defensores tiene un buena parte de razón. El quién es quién es fundamental, forma parte del know how empresarial, y es un bagaje muy importante de uno mismo. Pero me gustaría señalar dos puntos fundamentales:

  • Más que el número de contactos, más que su nivel, yo diría que importa el cómo se gestionan. Uno puede conocer a mil personas en un sarao de esos, incluso personas con un alto nivel de relevancia profesional. Pero si nos falta chispa para la gestión de las relaciones humanas estamos muertos. No haremos nada. El networking es algo más que coleccionar tarjetas o que nuestra cara le suena de algo a alguien. Y me temo que en muchas ocasiones se genera una red inabarcable para nuestras propias capacidades y que acaba siendo contraproducente.
  • Más importante aún me parece la siguiente reflexión que debe hacerse todo emprendedor que va a dejar un cometido X para iniciar su proyecto empresarial. Vale, tengo unos contactos, una red, de alto nivel. MI agenda vale su peso en oro. Pero siendo sincero conmigo mismo, después de que deje de estar desarrollando estas funciones, ¿seguirá teniendo el mismo valor?, ¿me seguirán abriendo las mismas puertas?, ¿levantando los mismos teléfonos?, ¿atendiéndome del mismo modo?. Es duro, pero en muchos casos no es así. Hay que ser conscientes de que en muchos casos somos tratados como somos tratados, no por ser nosotros mismos como por nuestro cargo. Y en el momento en que lo abandonamos, nuestro valor en la red de los demás decae. Y las consecuencias pueden ser dramáticas (que se lo digan a algunos ex-ministros). Debemos ser realistas y reinterpretar nuestras posibilidades a la luz de estos hechos. Así sabremos de verdad cuánto vale nuestra agenda.

Vía | angelmaria En Pymes y Autónomos | Networking a través de la red Imagen | arquera

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