Una pequeña empresa: un gran líder

Una pequeña empresa: un gran líder
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Mucho se ha escrito sobre el complejo de inferioridad que tienen las pymes. En cuanto a comunicación interna, en cuanto a esa constante comparación con las grandes empresas. Echando un vistazo a un artículo publicado en Emprendedores, destacan la importancia que han cobrado estas empresas respecto a las grandes. Su rol ha cambiado y ahora una pequeña empresa puede ser una gran líder.

Las grandes organizaciones-con menos complejos- no dudan en contratar los servicios de pymes como proveedores. Tienen confianza siempre y cuando éstas les aporten productos o servicios diferentes y/o especializados, garanticen la calidad de los mismos, ofrezcan un trato cercano o cuenten con unos precios competitivos

¿Qué valores puede ofrecer una pyme?

    Especialización
    Altos niveles de servicio
    Los gerentes se enfrentan a diversos retos y no cuentan con mandos intermedios
    Precios competitivos
¿Un ejemplo? Aquí tenemos la empresa Araven y su historia:

Director General: Mariano Mero.

Actividad: Plásticos y embalajes.

Somos pequeños: Facturación, 24 millones; 60 empleados.

Nuestros grandes clientes: Carrefour y El Corte Inglés.

Nuestras claves: “Hemos logrado convertirnos en proveedores de grandes cadenas de distribución con un producto novedoso y diferente: el Shop & Roll, una cesta de la compra con ruedas y asa telescópica similar a una maleta”.

Como vemos no hay empresas grandes sino, ideas grandes. Que una organización con sesenta empleados tenga como clientes a Carrefour y El Corte Inglés es un buen ejemplo de inexistencia de inferioridad y sí de talento y confianza. A veces, nos cohíbe el hecho de saltarnos las normas, o querer ir más allá de lo que se supone que nos corresponde.

¿Eres un gerente líder?

Somos conscientes de que un responsable de una pyme ha de estar al tanto de muchas cuestiones. Su día a día es más intenso en cuanto a la atención que debe volcar en múltiples áreas que rodean a la empresa. La responsabilidad recae en una sola persona y, es importante que sepa gestionar toda la información, y por supuesto, la toma de decisiones de manera eficaz.

  • Atento a la actualidad y al entorno
  • Un buen gerente debe conocer los social media. Estar al tanto de los que se puedan ajustar a su negocio, comprender que el coste puede ser inferior a otras acciones de marketing desfasadas. En sus manos está elaborar un buen plan de marketing, gestionar las ventas, llevar a cabo investigaciones de mercado, en definitiva, ser un visionario.

  • Atento a las personas
  • Una empresa sin empleados no funciona, tras esta obviedad se esconde también una labor que ha de desempeñar el gerente: ser capaz de reconocer el talento. Desde publicar ofertas de empleo en Internet, hasta hacer un barrido a través de algunos canales para encontrar una persona con buenas ideas, pero a la que nadie le ha dado una oportunidad. Lánzate, quizás ese pequeño Tesla desconocido revolucione tu empresa.

  • Atento a las leyes
  • Tampoco se trata de estudiar la carrera de derecho mientras trabajamos, pero poseer unos conocimientos básicos e importantes, a la hora de entrar en estas áreas es más que obligatorio: legislación comercial, legislación laboral y legislación tributaria, además de las leyes civiles y las leyes nacionales. El conocimiento es poder.

  • Atento más que nunca, al comercio exterior
  • Dadas las circunstancias actuales, quizás la idea de exportar tus productos a otros países sea una buena decisión. Existen algunas empresas que gestionan la entrada a nuevos mercados. Hacen de mediadores entre el posible cliente y la empresa española. También se cuenta con ayudas por parte del Gobierno.

  • Atento a la inteligencia emocional
  • Además de los aspectos técnicos que has de conocer (los que hemos visto y alguno más) es fundamental que el trato con los trabajadores sea exquisito. Un buen jefe es aquel que se mezcla entre los empleados, el que comprende que al final para que exista un buen resultado, se ha de jugar en equipo.

    Ser líder no está reñido con ser accesible, comprensivo y estar abierto a escuchar. De hecho, de una buena escucha activa pueden surgir mejoras para todos. De nada sirve generar buenas ideas y rodearte de un entorno apático que ni sabe de tu existencia o, peor aún, que te teme en vez de respetarte. Ni es lo mismo, ni el resultado tampoco se acercará a lo que buscas: mejorar y crecer.

    En Pymes y Autónomos|El liderazgo como factor diferencial en la empresa, Liderazgo y clima laboral

    Imagen|Carlos Benayas

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