Uno de cada cinco autónomos trabajan desde casa, un porcentaje mucho mayor que entre los asalariados

Uno de cada cinco autónomos trabajan desde casa, un porcentaje mucho mayor que entre los asalariados
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Trabajar desde casa es una opción cada vez más viable. Con la mejora en las conexiones de Internet, el uso del software en la nube y que hoy por hoy el 100% de la población tiene internet en el hogar hacen que se muy sencillo buscarse un rincón para trabajar en casa. Especialmente si trabajamos por cuenta propia, puesto que uno de cada cinco autónomos trabajan desde casa.

Un porcentaje mucho mayor que entre los asalariados, que la cifra alcanza solo un 4%, lejos de otros países de nuestro entorno en Europa y muy lejos de lo que aspiran muchos empleados para poder conciliar. Porque ya no se trata de trabajar cada día desde casa, en el caso de los asalariados, la demanda es tener la oportunidad de hacerlo si surge cualquier inconveniente en su vida personal como una manera de conciliar.

Para el autónomo la realidad es mucho más dura. No se trata de conciliar, sino que en muchos casos se busca un rincón de nuestra casa para intentar mantener unos gastos de explotación bajos y no pagar el alquiler de un local o un coworking. Claro que esto genera otro tipo de problemas, puesto que trabajar en casa de forma habitual muchas veces supone que nos ocupamos de solucionar todos los asuntos domésticos y familiares porque ya estamos en casa.

Además, la realidad es que los gastos que genera trabajar en casa, en suministros, como luz, climatización, o una línea de Internet de mejor calidad, luego no se deducen en su justa medida. Muchos lo asumen porque total trabajar en casa al final casi todos los autónomos lo tienen que hacer en mayor o menor medida.

Pero si alquilamos una mesa en un cooworking, por ejemplo, es un gasto deducible. Si trabajamos en casa, no. Lo malo de esta cuestión es que confundimos trabajar en casa y por nuestra cuenta con no fijar unos horarios. De este modo acabamos trabajando a todas horas, madrugando para hacer cosas antes de que se vaya todo el mundo o hasta tarde cuando todos están dormidos, porque al fin y al cabo durante el día nos liamos con los recados, llamadas de clientes, etc.

Mientras que para un asalariado, las llamadas de clientes si trabaja en casa suele ser un descanso, para el autónomo puede ser todo lo contrario. Y si tenemos un despacho o trabajamos fuera, tenemos muy claro cuando estamos trabajando y cuándo deberíamos estar descansando, si lo hacemos en casa esa frontera se diluye totalmente. Y lo normal es que nos falten horas y siempre estemos trabajando.

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