Saber manejar el talento es probablemente una de las partes más difíciles de la tarea de gestionar el capital humano de nuestras empresas.
Y es que en la gestión del talento ya no se trata solo (aunque también) de gestionar la relación humana y profesional como se había entendido en las últimas décadas, sino que se trata de que esta gestión conduzca a incluir y consolidar las “piezas” gestionadas en un engranaje superior (la organización al completo) que haga que todos alcancemos la excelencia.
Como podemos ver lo que aquí se dice se aleja de lo dicho en los manuales tradicionales de la gestión del personal, donde lo que primaba es el desarrollo de la relación profesional en el día a día, conociendo un poco al personal en su ámbito particular y en los últimos años quizá con un ojo puesto en el desarrollo de la carrera profesional de cada individuo, esto último quizá más por lo bien que queda en el manual pero muy poco por convicción, salvo honrosas excepciones.
Al contrario lo aquí dicho se centra no tanto en gestionar al personal desde un punto de vista solo organización versus empleado o jefe versus trabajador, sino que esta visión interpreta a cada individuo que forma parte de la organización como una parte de la organización en sí misma, además como una parte de la organización que a la vez es una fuente de aportación de talento, lo que hace que la suma de fuentes de talento, permita el desarrollo de un manantial de talento, que el talento fluya de forma natural y como consecuencia que la organización sea en ella misma talento.
¿Y cómo se logra que la organización sea a la vez motivadora y receptora de talento?, ¿y cómo se logra que se desarrolle este talento?, la clave reside en que la organización actúe como parcelas, como entes independientes cada uno con un objetivo individual, en pos de un objetivo común y que en la consecución del objetivo común encuentren la satisfacción del objetivo individual.
Esto que dicho así puede parecer tan difícil e incluso incomprensible podríamos resumirlo en la siguiente frase: Yo gano si tu ganas, tu ganas si yo gano, todos ganamos si ni tú ni yo perdemos. Esto nos aleja a dejar de trabajar por un sueldo esclavizador y nos motiva a trabajar no por un sueldo sino por un objetivo.
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