Planifica tu salida

Planifica tu salida
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Tengo un amigo que sostiene que el tiempo es una de las materias primas con las que el trabaja, un factor que incrementa o decremento sus costes, sus márgenes, consustancial con su tipo d negocio (de largo desarrollo). Y tiene razón. Es más, y exagerando su apuesta diría que el tiempo viene dado por un principio y un final, y en este sentido en nuestros negocios hay un consejo clave: planifica tu salida, planifica el final.

Quizás parezca un tanto filosófico lo que estoy exponiendo. Igual lo es, pero se me hace dificl entender como se puede vivir sin la Filosofía, sin unos mínimos rudimentos de la misma. Para los demás, para los que quieran ver a que me refiero con eso de planificar tu final os voy a poner algunos ejemplos, situaciones, que os ayudarán a entender de que hablo.

La idea de este post me la ha dado la lectura de éste de Sergio Montoro en La pastilla roja, Porqué entrar el primero y salir el primero en una startup. En el nos explica cómo más allá de la importancia de saber invertir, del olfato por la empresa que lo petará, hay algo clave si queremos ganar dinero: la temporización, el timing que dicen los anglos. Ya puede ser una startup fantástica que como nos demoremos más allá del punto de cocción de nuestra inversión, se nos pasa al arroz y nos quedamos a dos velas. Os recomiendo la lectura del mismo para los que quieran jugar a eso de ser un avezado inversor.

El timing implica el saber cuando voy a salirme de una situación. En el caso de Sergio estamos hablando de procesos de inversión, pero cabe para cualquier otro tipo de las actividades o relaciones empresariales que mantenemos, y me refiero a temas de proveedores, clientes, empleados, ciclos de vida de productos, la propia existencia de la empresa, etc. Todo tiene un principio y todo tiene un final.

Lo más normal es que no sepamos, de partida, cuando ha llegado el momento oportuno para poner fin a nuestro vínculo con ese cliente, a nuestras compras a ese proveedor, etc. Además el día a día y los factores emocionales no ayudan precisamente a esa desvinculación, lo que puede llevarnos a tomar esa decisión demasiado tarde. Para evitarlo, en la medida de lo posible, dos consejos:

  • Fijar unos criterios objetivos, unos indicadores, que de cumplirse nos den una señal clara y fría de que hasta aquí hemos llegado.
  • En paralelo a esos indicadores hay que tener preparado un plan b, lo más desarrollados que se pueda, para si hay que hacer una transición rápida sea lo menos dolorosa posible, y no afecte a la continuidad de nuestro negocio.

Es más fácil decirlo que hacerlo. Cierto. Y es más letal no hacer nada que preparar algo. Dadle una vuelta

Vía | La pastilla roja En Pymes y Autónomos | Clasifica a tus clientes (y II), El Bulli cierra para seguir creciendo Imagen | edni

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