Las ETT aumentan su volumen de negocio gracias a los fijos discontinuos. El problema es la cara B que esto tiene para el empleo

Las Ett Aumentan Su Volumen De Negocio Gracias A Los Fijos Discontinuos El Problema Es La Cara B Que Esto Tiene Para El Empleo
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Javier Ruiz

Este verano, España ha marcado un récord de afiliación: en mayo de 2025, se alcanzaron los 21,78 millones de cotizantes, liderados por el empuje del sector servicios y la contratación indefinida, que rozó el 41 % de los contratos, según el Ministerio de Trabajo. Entre los datos, los fijos discontinuos, por su parte, representaban el 6,3 % del total, con más de 205.000 contratos ese mes.

Sin embargo, y pese a que el paro bajó de los 2,5 millones por primera vez en casi dos décadas, estos datos mostraban algunas cifras que ya advertían de posibles problemas: la contratación indefinida caía un 4 % y la temporal subía un 1,6 %.

El papel clave de las ETT

En este contexto, las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) han multiplicado su negocio apoyándose en la figura del contrato fijo discontinuo. En el primer semestre de 2025, se registraron hasta 147.797 cesiones de fijos discontinuos, una cifra sin precedentes a nivel laboral.

Según los analistas, este crecimiento ha ayudado a maquillar la temporalidad real del empleo: pese a la mejora estadística, muchos trabajadores no activos permanecen ligados a sus contratos y no aparecen como parados.

De igual modo, el SEPE revela que estos trabajadores son llamados a trabajar una media de solo tres veces al año, y que la duración de sus periodos laborales ha caído un 44 % desde la reforma laboral de 2022.

Riesgos del modelo

El auge de los fijos discontinuos ha despertado alertas entre sindicatos y expertos. Se teme que esta figura contractual acabe siendo una puerta camuflada de temporalidad prolongada, usada para evitar contratos indefinidos tradicionales.

Además, se estima que más de 700.000 fijos discontinuos inactivos no se contabilizan como parados, lo que falsea la percepción del desempleo real.

De igual modo, la patronal ASEMPLEO ya preveía un aumento del 5,6 % en los contratos firmados por ETT entre julio y septiembre de 2025, llegando a superar los 1,03 millones de contratos de puesta a disposición. Esto añade presión sobre pymes y autónomos, que deben competir con costos laborales más altos y menos flexibilidad frente al modelo ETT.

De este modo, el auge de las ETT puede representar cierta competencia desigual en el sector, donde las empresas de trabajo temporal ofrecen mano de obra más flexible y barata, dificultando la contratación directa. Además, los fijos discontinuos no generan estabilidad ni compromiso y existe un riesgo legal de abuso para cubrir labores permanentes. Así, el Ministerio de Trabajo ha transformado más de 95.000 contratos de fijos discontinuos a indefinidos en 2024.

En conclusión, es cierto que el empleo está en niveles históricos y la reforma laboral ha reducido la temporalidad. Sin embargo, el modelo ETT sumado a los contratos fijos discontinuos introduce una precariedad difusa y estructural que no se refleja en los datos oficiales.

Hoy, el reto es demostrar que este sistema puede adaptarse a ciclos productivos sin renunciar a estabilidad real y justicia laboral.

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