Cuando comenzó el confinamiento por el Estado de alarma muchos negocios tuvieron que cerrar. Otros podían seguir con su actividad, pero rápidamente se dieron cuenta que el nivel de actividad era muy bajo. Simplemente no había trabajo. Por eso muchas acordaron dar vacaciones a sus empleados, una medida en muchos casos tomada para evitar un ERTE. Bien ahora la sentencia de un Tribunal de lo Social de Santander podría hacer que las empresas deban devolver las vacaciones disfrutadas durante el estado de alarma.
Antes que nada la sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Santander y de confirmarse todavía le quedarían varios recursos más y alguna otra sentencia en el mismo sentido de los tribunales para que sentara jurisprudencia. Por lo tanto no es tan grave como puede parecer.
En este caso la trabajadora había solicitado sus vacaciones previamente al estado de alarma y las quiso anular al decretarse el mismo. El Tribunal considera que
no puede salir de su casa por confinamiento forzado no serán vacaciones, no se corresponderá ese periodo con un legítimo y constitucional derecho al descanso anual que todo trabajador ha de tener
En este sentido la sentencia hace una equiparación entre el derecho de vacaciones suspendido cuando sobreviene una incapacidad temporal y una causa de fuerza mayor como el Estado de Alarma que obligó a un confinamiento general. En caso de una baja el trabajador conserva sus vacaciones para disfrutarlas posteriormente y el Tribunal considera que se debería seguir el mismo criterio con el estado de alarma.
En el caso de las empresas que pactaron vacaciones con sus empleados no debería existir problema. Porque aquí la cuestión es la obligatoriedad o imposición para tomar vacaciones en un momento en el que no se podrían disfrutar.
Hay que tener en cuenta que en este caso se trata de una empleda pública del Gobierno de Cantabria, no de una pequeña pyme. Dudo mucho que dada la situación actual en las pequeñas empresas se vaya a pleitear por las vacaciones, más teniendo en cuenta que en muchos casos el futuro de la propia compañía está en el aire, hay personal en ERTE, etc.