El 90 % de los autónomos deja pasar deducciones clave en su declaración de la Renta. Así puedes evitarlo el año que viene

Solo uno de cada diez autónomos aprovecha todas las deducciones fiscales a las que tiene derecho en su declaración del IRPF.

En pocas palabras: 9 de cada 10 trabajadores por cuenta propia están pagando más de lo que deberían, según ha informado la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).

¿Por qué ocurre esto?

La razón principal es que la fiscalidad de los autónomos sigue siendo compleja, por lo que muchos profesionales por cuenta propia desconocen que pueden deducirse determinados gastos, o tienen dudas sobre cómo justificarlos correctamente.

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Tu empresa puede pagarte menos que a un compañero, pero tiene que existir una justificación objetiva

Por ello, a menudo, por miedo a cometer un error (y recibir una inspección), se acaba por renunciar a deducciones válidas. Además, no todos los asesores comunican de forma clara los límites y condiciones que diferencian el gasto personal del deducible.

Las partidas más olvidados por los autónomos suelen estar relacionadas con:

• Suministros del hogar (agua, luz, internet): puedes deducir un porcentaje proporcional si trabaja desde casa, siempre que indiques bien el porcentaje de uso profesional y conserves facturas
• Dietas y desplazamientos: gastos de comida, transporte y alojamiento son deducibles si están relacionados con la actividad. Basta con justificar con detalles como fecha, motivo y lugar
• Formación y suscripciones: cursos online, conferencias, libros o revistas profesionales pueden considerarse gasto deducible si están vinculados a tu actividad
• Equipos, software y herramientas digitales: desde ordenadores hasta aplicaciones de gestión empresarial también pueden deducirse.
• Vehículo: si está afecto a la actividad (total o parcialmente), es posible deducir gastos de combustible, seguro o mantenimiento, aunque con criterios estrictos.

Mayor capacidad de ahorro

Una correcta planificación puede suponer desde cientos hasta miles de euros de ahorro anual. La clave reside en guardar las facturas (como suele decirse, cada gasto cuenta: slo hay que documentarlo y justificarlo adecuadamente), diferenciar bien entre el uso personal y profesional (si trabajas desde casa) o entre el vehículo personal y el de empresa.

Para ello, las herramientas de control de gastos (aplicaciones o plantillas) que permitan un registro y ayuden a evitar olvidos son un gran recurso. También podemos consultar con un asesor o con guías oficiales, por ejemplo, las de la Agencia Tributaria, para conocer límites (como el 30 % de suministros) y otras novedades fiscales.

Por descontado, las deducciones no son un regalo, sino derechos fiscales que existen para equilibrar la carga tributaria y mejorar la competitividad de los autónomos. Usarlas no es pagar menos, es pagar lo justo.

Por ejemplo, si un profesional autónomo que trabaja desde casa no deduce el 30 % de los suministros del hogar —como permite la ley— podría estar pagando entre 600 y 1.000 euros más al año en impuestos. Esa diferencia puede marcar un punto de inflexión: retener talento, invertir en el negocio o simplemente mejorar su calidad de vida.