Los empresarios son tan diferentes como variados los tipos de empresas que pueden construir. Desde la hostelería hasta los conglomerados globales de tecnología, con fines de lucro o empresas sin ánimo de lucro. Corporaciones, sociedades de responsabilidad limitada o sociedades unipersonales, autónomos…en general, el espíritu empresarial es un tema muy amplio y por tanto difícil de cubrir en profundidad. Así que me gustaría aprovechar esta entrada para dedicarla al emprendimiento únicamente.
Para centrar un poco el post me referiré a los emprendedores que buscan capitalización para poner en marcha su proyecto, financiación externa que le aporte un empujón significativo como para que pueda desarrollar su trabajo con más agilidad y llegar antes al resultado.
El capital riesgo
Emprendedores con respaldo de capital riesgo: El capital riesgo (VC) busca negocios que de forma rápida y eficiente puedan “escalar” a miles de euros y multiplicar su inversión. Es tan simple como eso y nadie debe molestarse ni llevarse a engaño. Muy pocas de las empresas lo consiguen por supuesto, pero debe existir potencial para que un VC arriesgue, bien que la empresa haga algo nuevo, bien que el negocio crea un mercado inexistente o que hagan algo de manera tan eficiente que nadie antes lo hubiera pensado, el qué no importa tanto, pero no debemos asustarnos porque el objetivo del capital riesgo sea rentabilizar su inversión, si ahora están enfocadas en tecnología es porque los bits y bytes "escalan" mejor que los átomos o los materiales.
El emprendedor que busca capital riesgo
El perfil del emprendedor que consigue capital riesgo: A riesgo de sonar a cliché, estas personas quieren cambiar el mundo. Tenga en cuenta que el objetivo del capital riesgo es más un rendimiento, por tanto hablamos de más de una medida cuantitativa que cualitativa. Estas personas tienen una visión para el futuro y una capacidad única para hacer que sea una realidad. Lo que quizá diferencia a este tipo de empresario de los demás es que sus ideas generaron más a menudo incredulidad o rechazo cuando las compartieron. Esto se debe a lo que proponen no tiene ningún sentido o es casi imposible de lograr. Sin embargo, son tan apasionados por la visión que la resistencia a la idea sólo añade más leña al fuego.
La iniciativa empresarial, el motor
Esta es una distinción esencial cuando hablo de la iniciativa empresarial. Cuando uno se propone crear (o montar) una tienda de sandwiches, una agencia de marketing o un coordinador de eventos, sus amigos y colegas no piensan que está loco. Por el contrario, suenan como empresas y negocios muy razonables. Sirven necesidades a los mercados que ya existen. Está contrastado que pueden ganar dinero y podría haber un enfoque único para ofrecer una ventaja competitiva. Pero a menos que el plan consista en revolucionar la industria del sándwich y capturar el 15 por ciento del mercado mundial dentro de cinco años, no se trata de empresas con respaldo de riesgo. Son, como VCs les gusta llamarlos, los negocios de estilo de vida. Nacen, en su mayor parte, de un deseo de ser nuestro propio jefe, que también es perfectamente razonable. Sin embargo, incluso con una alta tasa de fracaso, estas empresas siguen siendo poco atractivas en comparación con sus contrapartes con respaldo del capital riesgo.
Conseguir inversión
El camino para conseguir captar inversión del capital de riesgo se define por una serie de obstáculos y fases que se hacen más difícil a medida que avanza a través de cada uno de ellos. Teniendo en cuenta lo que se puede obtener, consume una enorme cantidad de tiempo y energía y además hay muy poco margen para el error. ¿Por qué hacerlo? La mayoría piensa que es por el dinero. Y si bien hay motivos financieros significativos, la mayoría sabe que las probabilidades de éxito van más allá del dinero, la principal motivación está en cumplir con la visión y la creación de la empresa, que a menudo equivale a lograr lo imposible.
Imagen | John Fischer En Pymes y Autónomos | El Gobierno pretende impulsar el capital-riesgo para las pymes