Empresas no viables y ERTES convertidos en ERE, los que inevitablemente quedarán atrás

Empresas no viables y ERTES convertidos en ERE, los que inevitablemente quedarán atrás
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Con esta crisis primero sanitaria y luego económica hemos oído desde el primer momento que no se quería dejar a nadie atrás. Quizás no se pensaba en una crisis tan profunda como la actual, se pensaba en unos meses, un año como mucho. La realidad es otra y ya se habla de empresas no viables y de ERTES convertidos en ERE como los que inevitablemente quedarán atrás.

Se estima por parte del presidente del Consejo General de Graduados Sociales que un 20% de los ERTE se convertirán de forma irremediable en ERE. Será imposible que las empresas recuperen su volumen de negocio, o al menos el suficiente a corto y medio plazo como para permitir que sus empresas sean solventes.

Los ERTES y la alfombra para guardar debajo el problema

La cuestión es que los ERTE parecen haber servido para ocultar el problema, al menos en parte, pero la prolongación de la crisis acaban por mostrar que no será una solución adecuada para muchas organizaciones. Se convierte de esta manera más en una alfombra donde guardar debajo aquella "suciedad" que no queremos que se vea.

Porque muchos sectores asumen que van a tener que reestructurar y ajustar sus plantillas. Y eso en el mejor de los casos. Porque otras asumen que lo van a tener muy complicado o que si no se producen quitas en los créditos, tienen un futuro con muchas deudas por liquidar. Y esto compromete su inversión y sus posibilidades de competir con otras empresas, especialmente del entorno europeo que han sufrido menos o han tenido más ayudas.

La solicitud de concurso de acreedores y la liquidación están en el horizonte de muchas de ellas. Más todavía si como todo apunta, las ayudas directas no van a llegar de forma indiscriminada, sino que solo se inyectará dinero en las que se consideren viables. Esto supone el último clavo en el ataúd de muchas de ellas.

Según estimaciones del Banco de España un aumento de las empresas insolventes, entre un 4 y un 8%, pero en el caso de las Pymes el porcentaje se dispara hasta el 18%. Sin duda, la crisis económica, pero también las restricciones y la falta de ingresos se ceba con aquellos que tienen menos capacidad financiera para resistir.

Todo ahora mismo lo hemos fiado a los efectos de la vacunación que permitan recuperar cierta normalidad, que no será completa ni mucho menos al menos en 2021. También en los fondos de la UE, también para las pymes, como una forma de reactivar la economía y que sirvan de motor para el cambio.

Imagen | Trinity Kubassek en Pexel

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