A veces enviamos mensajes vagos porque tienen prisa, quizás pulsando un texto rápido o dejando un mensaje de voz de camino al aeropuerto o de vuelta a casa.
Pero si el destinatario no conoce el contexto completo, un mensaje breve a menudo se lee como una prueba de Rorschach, con miedos e interpretaciones acumuladas.
Hay que tener en cuenta que si envía un correo electrónico nocturno a un compañero de trabajo con un texto del tipo, "necesitamos hablar", sin más explicaciones, puedes desencadenar una cascada inútil.
Tu compañero podría preguntarse, ¿hay algún problema?, ¿qué ha ocurrido?, etc. Esta situación puede infligir un coste psíquico que no es saludable que se representa en estrés innecesario.
Tómate el tiempo necesario para aclarar tus mensajes. Antes de presionar "Enviar", pregúntate cómo la otra persona podría interpretar tu correo electrónico o mensaje de texto. Si crees que podrías causarles angustia, conviene proporcionar más contexto explicativo.
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