Montar la red de la empresa en 2022, ¿todo al WiFi o seguimos usando cable?
Cuando toca hoy en día montar una nueva empresa o negocio uno de las primeras decisiones a nivel de infraestructuras que debemos tomar es cómo montar la red de la empresa. Y en el año 2022 todavía muchos dudan si fiar todo al WiFi o seguimos usando cable. Vamos a intentar despejar algunas dudas al respecto.
¿Todo son ventajas con el WiFi?
Porque el WiFi cuenta con una gran ventaja inicial. Ponerlo en marcha requiere menos trabajo, basta con poner las antenas o puntos de acceso que nos permitan cubrir el espacio de nuestra oficina de forma adecuada y con la velocidad de conexión que nos facilite trabajar con agilidad.
Por el contrario una conexión cableada va a necesitar que llevemos las conexiones de cable de datos hasta cada puesto de trabajo, lo cual si la oficina está preparada con suelo técnico que podamos ir desmontando puede ser sencillo, pero en un local normal, puede ser un quebradero de cabeza.
Este dolor de cabeza se puede trasladar a la red WiFi si tenemos unas oficinas con una arquitectura complicada, sobre todo muros gruesos que limiten el paso de la conexión, zonas que no quedan bien cubiertas, o una saturación en los canales por otras redes ya generadas que crean interferencias en nuestra red.
Sin embargo hay una cuestión que hoy por hoy sigue siendo importante para muchas organizaciones. Como norma la velocidad de transmisión que conseguimos a través de la red cableada es superior a la que logramos a través de conexión inalámbrica. Y sobre todo es mucho más fiable y seguro. Es raro que nos encontremos con problemas de conexión una vez montada.
¿Con qué tipo de equipos vamos a conectar?
Las empresas que apuestan por la conexión WiFi normalmente trabajan con equipos portátiles y por lo general en movilidad. Es más raro, aunque también es factible, que empresas que trabajan con equipos de sobremesa convencionales vayan a un modelo WiFi puro.
En todo caso si ya disponemos de equipos de sobremesa y al cambiar de oficina no tenemos red cableada y vamos a trabajar a través de red inalámbrica es fácil buscar adaptadores que nos faciliten dicha conectividad.
Lo que si es importante es que estos adaptadores WiFi no queden escondidos, en la parte trasera del ordenador, debajo de una mesa y una estantería, lo que va a mermar de forma notable la calidad de la conexión. En un equipo portátil no existen estos inconvenientes ya que suelen estar sobre el propio escritorio.
¿Vamos a utilizar VoIP?
Muchas empresas hoy en día trabajan con centralitas de VoIP, por lo que cada puesto de trabajo ya tiene un teléfono al que le llega un cable de datos. En estos casos, lo habitual ya es utilizar el propio teléfono como puente para que lleve datos a nuestro ordenador, con un cable de datos UTP que conecte ambos.
La inversión en el cableado de red no siempre se amortiza rápidamente
Esto tiene una gran ventaja, puesto que nos ahorramos tener que llevar dos cables, uno para teléfono y otro para datos para cada puesto de trabajo. Y un inconveniente, ya que si por cualquier motivo el teléfono deja de funcionar, también lo hará la conexión a Internet y la red interna de nuestro ordenador.
La realidad es que el uso del teléfono es una limitación si se requiere tener un teléfono fijo en cada puesto de trabajo. Pero también depende de la operadora que tengamos contratada o si contamos o no con centralita física o utilizamos una centralita virtual. Algunos operadores facilitan un teléfono fijo, pero con una tarjeta SIM, por lo que la conexión cableada ya no es necesaria.
Un modelo híbrido que nos de flexibilidad
Lo interesante es realizar un estudio previo. Sentarse a revisar qué puestos de trabajo necesitan una infraestructura cableada, dónde es más sencillo ubicarlos o cuáles pueden trabajar perfectamente a través de conexión WiFi.
Si lo hacemos bien podemos ahorrar mucho dinero en la puesta en marcha de la empresa o su traslado a unas nuevas oficinas. En todo caso hay que tener en cuenta que siempre vamos a necesitar conexiones eléctricas, donde conectar nuestros portátiles, pantallas o impresoras, aunque en la mayoría de los casos ya se cuenta con cierta infraestructura previa que se puede utilizar.