¿Nuestra empresa va bien, estamos ganando dinero y vemos que estamos creciendo y que el negocio que con tanta ilusión hemos montado nos es rentable? ¡Digámoslo! Digámoslo, comentémoslo, alardeemos, sintámonos orgullosos de nosotros mismos y de lo que estamos consiguiendo.
Cuidado que decir que digamos, comentemos, alardeemos y nos sintámonos orgullosos de lo que estamos consiguiendo, en ningún momento significa ser ni pedantes, ni creídos, ni menospreciar a quien se dice o demás. Simplemente significa manifestar la propia satisfacción personal.
Y es que siempre he creído que por una parte las personas que esconden, que no dicen, que no hablan de lo orgullosos que se sienten de lo que están consiguiendo lo hacen por cobardía y que en el fondo lo hacen por una falsa (y malentendida humildad). Y por la otra parte siempre he creído que a quien le molesta escuchar éxitos ajenos, le molesta por frustración propia, rabia contenida y celos al límite.
Se que esto que digo puede resultar chocante en un momento en el que muchas empresas y profesionales tienen graves problemas para tirar adelante o no lo consiguen. Reitero, exponer el propio éxito, no tiene porque suponer menospreciar, ni mucho menos mofarse de quien en ese momento no tiene tanta suerte, ¡ni mucho menos!, al contrario. Y es que encuentro más denigrante callarse por misericordia que mostrarse orgulloso de uno mismo con completa normalidad.
En Pymes y autónomos | Cómo ser un emprendedor de éxito Imagen | benyondthatbox