Smoking room y las relaciones personales en las empresas

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Vamos con nuestra recomendación cinematográfica para el fin de semana. En este ocasión le toca a Smoking Room, una película del 2002, inusual, minimalista y sin concesiones, con diálogos tremendos. Me voy a aprovechar de mis compañeros de Blog de Cine para resumir el argumento:

Una serie de historias paralelas que tienen un solo vínculo: la oficina donde trabajan todos los personajes, y el suceso principal y unificador, que es que Ramírez, uno de los empleados, quiere que habiliten en la empresa una habitación para poder fumar. Así no tendrán que irse a la calle o la azotea cada vez que quieran echar un cigarrillo. Lo que no sabe Ramírez es que, aunque todo el mundo le apoya, nadie se quiere mojar, por miedo a estar marcados por los directivos.

Lo importante de esta película es recordarnos como son las cosas, más allá de los planes de gestión, de los presupuestos, y del día a día de la empresa. Y, la esencia de la esencia de la empresa, la constituyen las personas: empresarios, trabajadores, clientes, proveedores. Personas que conviven en ocasiones en espacios reducidos, atendiendo a situaciones de gran tensión, con intereses muy contrapuestos y condenados a entenderse. Y si no comprendemos el factor humano que empapa a nuestra empresa acabaremos mal.¿Queréis ejemplos?

  • Se que el trabajador tiene que aportar de lo suyo en materia de motivación, al igual que la empresa. Pero no debemos olvidarnos nunca que nuestro colaborador, o nuestro cliente, por señalar otro caso distinto tiene una vida fuera de la empresa. Una vida que afecta a nuestra empresa, y a la que la empresa afecta, estableciéndose un feedback de consecuencias insospechadas. Huyo de esas empresas que pretenden inmiscurise en la vida privada de sus miembros, pero si entiendo que hay que tenerla en cuenta en nuestra gestión.
  • En cualquier empresa hay que entender que se reproducen las relaciones de poder, los corrillos, las pequeñas historias y luchas de poder de cualquier otro ámbito. El problema es que si el asunto se encona es mucho más difícil para los involucrados cortar e irse a otro lugar. Los malos rollos se extienden y minan las posibilidades de éxito empresarial. La labor de mantenimiento de un buen clima empresarial, del buen rollito vaya, es algo a tener muy en cuenta.

Para acabar, me estoy acordando de una idea de Alfonso Guerra en los años dorados del felipismo. Consistia en introducir en el PSOE, como alternativa a la estructura territorial una estructura empresarial, agrupaciones socialistas dentro de las medianas y grandes empresas. El mótivo último, si no recuerdo mal, era frenar a una UGT que se separaba del Partido. En la teoría, sin embargo, sonaba muy bonito: la gente convive mucho mas con sus compañeros de trabajo que con sus vecinos. Esa idea debería estar grabada en la mente de muchos gestores.

Enlace|Vídeo original YouTube

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