Estar preparados para el éxito y otras enseñanzas tras la caída de Flappy Bird

Estar preparados para el éxito y otras enseñanzas tras la caída de Flappy Bird
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HOY SE HABLA DE

Dong Nguyen. Es probable que desconozcas quién es ni a qué se dedica. Pero si te digo Flappy Bird, seguramente lo habrás leído y oído mucho en estos días. El primero es el nombre de un creador de videojuegos para móviles y el segundo es su ‘joya de la corona’. El pasado 8 de febrero él ponía fin a una de las historias más rocambolescas de los últimos años en la red. Y lo ponía con una justificación por encima de todas: el éxito (empresarial o personal) estaba arruinando su vida.

Flappy Bird era un juego móvil enormemente sencillo. Su creador necesitó tres días para programarlo y en muy poco tiempo llegó a tener alrededor de 3 millones de descargas diarias. Algunos cálculos hablan de 50.000 dólares en ingresos publicitarios al día. Son cifras enormemente grandes que se combinan con muchas incógnitas sobre su corta pero intensa historia.

Tres enseñanzas

Al margen de esas grandes cifras, existen incógnitas sobre si, realmente, ha habido presiones importantes desde Nintendo, ante el gran parecido de la interfaz del juego con el clásico Super Mario Bros, o desde el propio Gobierno de Vietnam, país de origen de Nguyen. O sobre si no es más que una operación para generar mucho más interés en torno a él y sus proyectos de juegos.

Pero partiendo de esas premisas, es un caso digno de reflexión. Una reflexión que, al margen de otras que se han trasladado en los últimos días, nos deja tres enseñanzas interesantes.

  • Menos es, casi siempre, más. Flappy Birds es un juego simple como pocos. Y quizás ahí radicaba el éxito: simplicidad frente a complejidad. No siempre se cumple y no en todos los productos. Pero aspirar a hacer sencillo lo difícil puede ser un ingrediente más que interesante.

  • Preparados para el fracaso... y para el éxito. Lo decían hace unos días en Forbes, donde el creador aclaró en exclusiva algunas de las claves del caso: hay que estar preparados para que las cosas salgan bien, incluso mucho antes de lo que se espera. Existen voces que hablan de cierta manipulación por parte de Nguyen para que la aplicación se colocara entre las primeras y facilitar la viralidad. Sea así o no, es evidente que la red puede facilitar un crecimiento mucho más rápido.

  • Nadie sabe nada. Ahora, tras el boom, es más sencillo hacer conjeturas y teorías. Pero la realidad es que casos como estos son impredecibles. Puede haber similitudes con otros, pero no creo que muchos apostaran hace seis meses que un juego así protagonizaría esta cifras hoy.

No todo es fácil

Pero junto a estas tres enseñanzas, se antoja necesario proponer otra reflexión a raíz de esta historia de Flappy Birds: no todo es tan fácil. Esta llamativa historia representa la excepción. Miles y miles de aplicaciones se quedan en el olvido y si alcanzan cierta notoriedad, necesitan un esfuerzo mucho mayor.

Estar preparado como empresa para saber gestionar un gran crecimiento, gracias a la red, no significa esperar que llegue justo a la vuelta de la esquina y sin apenas esfuerzo.

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