El principio de Peter es un principio axiomático que relaciona la capacidad de ascenso con el nivel personal de incompetencia. Se define de la siguiente forma:
En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia
Este principio es tan cierto como destructivo dentro de la propia organización empresarial y por extensión, dentro de cualquier estructura social dominada por personas.
El desarrollo de promoción interna o la adecuación del perfil del trabajador va íntimamente vinculado con el grado de incompetencia que todos nosotros tenemos. En pocas palabras ¿dónde está nuestro límite? ¿dónde tenemos el nivel máximo de eficacia?
La capacidad humana es limitada y las principales técnicas de motivación y desarrollo profesional están ligadas al ascenso dentro de la organización empresarial. Por un lado, tenemos las ambiciones propias de cada persona, en donde prosperar y ocupar mejores puestos dentro de la estructura empresarial es más beneficioso para nosotros.
Pero por otro lado, siempre vamos a tener una posición limitante dentro de nuestra capacidad que nos va imoedir seguir desarrollando nuestras habilidades, capacidad de gestión o asumir responsabilidades.
Si extrapolamos este principio al autónomo, podemos relacionar el principio de PEter con el propio volumen de su empresa. Muchas personas se ven desbordadas para gestionar empresas a partir de un determinado volumen. Por ejemplo, autónomos cuya cifra de negocio exceda de unos límites o tengan a su cargo más de un número determinado de trabajadores.
Cuando el principio de Peter se manifiesta en el máximo responsable de una empresa ocurren desastres como los que estamos viendo en la actualidad. Se difuminan las asunciones previas de riesgo, se pierde la consciencia de la dimensión real y capacidad de desarrollo de nuestra empresa y entramos en una espiral descendente que aboca nuestra empresa al fracaso.
¿Cómo se vence al principio de Peter? Sólo conozco una forma para el caso de autónomos y pymes. La fórmula para superarlo pasa por la integración de nuestra empresa en estructuras más complejas en donde se produzca una redistribución de la responsabilidad entre el resto de miembros que integren la dirección de la nueva empresa que nace.
Este paso de fusión empresarial, rara vez se lleva a cabo en la pyme y es una más que probable explicación de la poca trayectoria temporal que tienen muchas pymes en nuestro tejido empresarial.
Imagen | Ale
En Pymes y Autónomos | La infidelidad de los empleados