Las redes sociales, el móvil, el Whatsapp... Vivimos conectados 24 horas al día y eso tiene efectos perversos en nuestro rendimiento y, por ende, en nuestra concentración. Un artículo en The Next Web no sólo recopila cinco técnicas interesantes para enfocar más el día a día, sino también descubre unas reglas de eficiencia muy interesantes para tenerlas en cuenta.
Estas 'armas' para mantener la concentración son recopiladas en un artículo bajo el sugerente título '¿Por qué no entro a mirar el Facebook hasta las seis de la tarde?'. Esa es una de las reglas de eficiencia que destaca:
- Horarios para 'chequear' el correo. Comprobar los emails sólo de 11:00 a 12:00 y de 15:00 a 16:00 horas. En esta ocasión, depende de tu trabajo y de la organización de tu empresa, eso puede ser posible o no. Pero sí es necesario poner límites.
- El móvil permanece hacia abajo en un cajón y sólo se consulta en los intervalos anteriormente marcados.
- Facebook no será 'chequeado' hasta las seis de la tarde.
- Hacer una lista de 2 o 3 tareas que deben estar hechas al final del día e intentar finalizarlas al mediodía.
Y teniendo en cuenta estas reglas, llegan las técnicas para la concentración que pueden ser bastante útiles. De las cinco destacaría tres:
- Utilizar un temporizador de cocina durante 50 minutos. Sin utilizar el reloj del móvil, se trata de una variante de la técnica Pomodoro para enfocarse en una tarea.
- Crear un perfil de trabajo en el ordenador que se utiliza a diario. Y en él se eliminan aplicaciones de redes sociales y se incluye en 'listas negras' todas las webs.
- Establecer rutinas de trabajo y personales en distintas zonas. Limitar las actividades que distraen a un lugar específico de la oficina o de la casa y concentrar todas las tareas creativas o relacionadas con el trabajo en una zona completamente diferente.
Pueden ser técnicas útiles, aunque en este tema cada uno tiene sus pequeños 'trucos'. ¿Cuáles son los tuyos?
En Pymes y Autónomos | Concentración en la era de la distracción: algunos ‘trucos’ para evitar las 'fugas' de tiempo Imagen | Gunnar Ries