Cuando se habla de la tarifa plana para emprendedores, de ayuda al emprendedor, parece que se está premiando a una persona que realmente persigue su sueño e intenta lograr levantar una empresa de la nada. La realidad es más bien otra, se está ayudando a mantener el autoempleo con un nivel de ingresos bastante precario. Al menos eso es lo que nos dice la estadística de la AEAT, donde queda claro que es más autoempleo que emprendedores, puesto que el sueldo neto de los autónomos apenas supera el SMI.
La realidad es que el importe medio de las actividades económicas en la estadística de Hacienda es de 9.205 para el año 2016, el último para el que hay estadísticas. Y lo peor de todo es que se trata de un dato positivo, puesto que es la segunda ocasión junto a 2008 en el que los ingresos medios declarados de los autónomos resulta superiores al SMI.
Pero lo peor de todo es que a ese dato hay que restarle la cuota mínima de cotización, ya sea la general o reducida con la tarifa plana. Por lo que la realidad del autónomo pobre es mucho más alarmante de lo que parece. Bien es cierto que la estadística siempre enmacara algunas cuestiones, como las ganancias de autónomos en pluriactividad que pueden cotizar también en el Régimen General, algunas de ellas muy bajas.
Y todo esto con la subida de la cuota que entra en vigor este mes de agosto, que supondrá para la mayoría de los autónomos un incremento de 4 euros. Lo cierto es que la reforma del RETA y el sistema de cotizaciones es más necesario que nunca, para que los que menos ganan puedan pagar mucho menos y los que más ganancias generas no puedan acogerse a la base mínima.
La verdad es que un autónomo puede ver muchos ingresos en relación a un trabajador por cuenta ajena. Parece que ganan mucho dinero, pero cuando empiezan a descontar gastos, IVA, Seguridad Social e IRPF la factura de 2.000 euros que se ha generada, por ejemplo, adelgaza considerablemente y el dinero que acaba en el bolsillo de autónomo es mucho menos.
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