El poder de los videntes de la Red

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Febelfin, la patronal bancaria belga, ha lanzado una campaña desde la página safeinternetbanking.be. Denuncia como comprometemos nuestra intimidad en general, y especialmente nuestra seguridad financiera, a través del uso inadecuado de la Red. Para ello, en una de las fantásticas plazas que hay en Bélgica, ha plantado la jaima de un gurú y ha demostrado el poder los videntes de la Red.

Se trata de un experimento que perfectamente podemos reproducir con nuestros clientes y proveedores. Que levante la mano el que no ha "googleado" con cierta profundidad, rastreando distintas pistas y llegando a encontrar información muy valiosa, especialmente gracias a boletines oficiales y a la explosión de las redes sociales. Es más, lo hemos recomendado. El problema está en que esto también funciona con nosotros, y tenemos que tener cuidado.

En su día os avisamos de que Hacienda está en ello, y de que es obvio que nuestros clientes y proveedores hacen lo mismo con nosotros. Debemos gestionar nuestra presencia en la Red, siendo conscientes de su impacto y perdurabilidad. Por tanto, en aquello que depende de nosotros, debemos tomar decisiones sobre este nuevo concepto, la extimidad, que va a ir muy unida a otro un poco más viejo, la marca personal: ¿hasta dónde dejamos que se sepa de nosotros?, ¿qué tipo de información facilitamos y cuál no?, ¿aprovechamos internet para construir una imagen o nos limitamos a trasladar la que entendemos que es la nuestra?, etc...

Xavier Ribas escribía un artículo muy interesante al respecto, De la segmentación clandestina a la autosegmentación. En el recoge como se ha pasado de que terceros filtren nuestros datos para hacer dinero (primero alegalmente, y luego ilegalmente) a que nosotros mismos lo hagamos a través de las redes sociales, gratis, y facilitando un tipo de negocio a las mismas. Ya se sabe eso de que si no pagas por el producto, el producto eres tú.

Esto es cierto para las Redes Sociales y los clientes que les compran la información, amparados en las cláusulas de acceso o suscripción a dichos servicios. Pero hay otra vertiente que puede ser peligrosa para los anunciantes, aquellos que recogen datos directamente desde internet, los automatizan y los tratan, sin contratar con los dueños de las redes. Esos no están cubiertos por dichas cláusulas, por lo que hacer nuestra propia base de datos a través de la información en la Red nos puede dar más de un disgusto legal.

Vía | Iurismatica En Pymes y Autónomos | El cliente que lee tu información financiera

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