Las patatas fritas Bonilla, se llevan el Óscar pero la fama ya la tenían

Las patatas fritas Bonilla, se llevan el Óscar pero la fama ya la tenían
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Durante el fin de semana escucho Las Piernas no son del Cuerpo, un programa de radio donde el humor es el late motiv pero también las noticias de actualidad y gracias a ellos he conocido que unas patatas fritas, elaboradas en Galicia, a raíz de la película coreana, Parásitos, están en el punto de mira de los medios de comunicación por su éxito en el país.

Seamos o no cinéfilos, conocemos que la película coreana, Parásitos ha arrasado. Y la fama colateral ha dado de pleno en unas patatas españolas, Bonilla a la vista que si bien son amadas y veneradas por los coreanos, lo justo es decir que este flechazo comenzó antes de que le otorgaran el premio al largometraje.

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La historia de Bonilla a la vista comienza en Ferrol en el año 1932 a las órdenes de Salvador Bonilla, padre del actual propietario, César Bonilla. Salvador trabajaba por la geografía gallega con su puesto de feria repleto de deliciosas patatas fritas y sabrosos churros.

En ese mismo año abre su primera churrería en la calle Benito Vicetto, 39 de Ferrol. No se puede decir que el éxito les haya llegado en estos 'locos años 20' gracias al Óscar.

Llama la atención que esta marca comenzara con el cuidado del medioambiente ¿o siempre ha sido así y ahora nos hemos puesto las pilas de nuevo? La bicicleta primero, y la moto Bonilla a la vista de la marca Guzzi, se convirtieron en sus vehículos repartiendo patatas fritas Bonilla a la vista envasadas en latas de 1 kg retornables a las cafeterías de la ciudad.

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Y es a partir de ese año, cuando la empresa decide que es buena idea apostar por expandir su imperio de la patata frita al resto de España y Europa. Primero, Barcelona y después llegaría el Reino Unido donde su alcalde, allá por 2013 era un fan incondicional de este manjar con una presentación atractiva en forma de lata.

El buen marketing es fundamental para cualquier negocio, pero las ideas brillantes junto a un buen producto dan un resultado que llama la atención: Es el caso de la firma francesa Balmain, que contó con la bolsa de patatas en su campaña primavera-verano de 2014.

El éxito empresarial no es cosa de emprendedores millennials, desde los años 30, Bonilla ha demostrado que no hay década que les frene ni lugar al que sea imposible hacer llegar su producto.

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La acogida fue extraordinaria (sus existencias se terminaron en dos horas) Actualmente transportan dos contenedores llenos de patatas Bonilla a la vista cada mes a Corea del Sur.

Según han declarado en el programa citado en el inicio a petición del público coreano, están pensando en producir latas más pequeñas para que estos ciudadanos con buen gusto, puedan paladear las patatas mientras pasean. Eso es estar atento a las necesidades del cliente. Y las ventas online, se han disparado, no es para menos.

Todo nombre tiene una historia, Bonilla también

El padre de César Bonilla fue cabo de maniobra. Cuando volvía al barco gritaba la proclama “Bonilla a la vista” para responder a la típica frase “alto, quién va”.

Estos días son portada en diferentes medios a nivel internacional por la película, pero en Corea siempre ha sido fans de este producto que les llama la atención tanto por su rico sabor como por el envase.

No se puede negar que la campaña publicitaria que les ha hecho Hollywood es además de merecida, digna de aplauso y de comer unas Bonilla a la salud de todos los negocios tradicionales que siguen en pie en España, ellos son el ejemplo de que sí se puede.

Imagen|Bonilla

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