La creciente escalada de tensión en Irak, uno de los países con mayores reservas petrolíferas del mundo, puede constituir un problema añadido para las empresas españolas que podrían lastrar los esfuerzos de devaluación interna y la búsqueda de una mayor competitividad.
El avance de los yihadistas del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) por algunas regiones del norte ha provocado en pocos días un encarecimiento del 5% en la cotización. En un país como España en el que los costes energéticos tienen tanta importancia, la tensión en zonas con elevada presencia de recursos petrolíferos tiene una incidencia más que significativa sobre la competitividad empresarial.
El encarecimiento en el precio del petróleo provoca un encarecimiento del precio de los combustibles que inmediatamente se traslada al consumidor final, incrementando los costes empresariales y afectando negativamente tanto en el consumo interno como en las exportaciones, auténtico motor de la recuperación durante los últimos años y que, a pesar del encarecimiento del precio del euro, han mostrado un comportamiento espectacular.
Las consecuencias, por tanto, son evidentes. Menor crecimiento económico y dificultad para incrementar la competitividad y productividad empresariales. En la eurozona el impacto será similar, peligrando el incipiente despegue económico y provocando inflación.
En todo caso, esta situación dependerá del escenario en el que nos movamos. En el peor de ellos, la guerra paralizaría totalmente la producción de crudo en Irak, que sería reemplazada por el resto de países que forman la OPEP. Sin embargo, parece que, como ya ha ocurrido en anteriores ocasiones, del incremento de costes empresariales nadie se va a librar.
En Pymes y Autónomos | ¿Cómo afectan las subidas del precio del petróleo a mis ventas? Imagen | ollesvensson