Usar con responsabilidad los recursos públicos. Este es el lema que preside la nueva campaña de Inspección de Trabajo en busca de fraudes en los ERTE que ya está en marcha. No estamos hablando de errores cometidos o alguna omisión o un dato mal consignado. Sino de actos deliberados que quieren aprovechar estos recursos en beneficio propio.
Inspección llevará a cabo actuaciones informativas con el envío de comunicaciones a las empresas relativas a las obligaciones vinculadas a los ERTE. Pero también intensificará las visitas para tratar de detectar incumplimientos o prácticas irregulares, como el reinicio de la actividad sin comunicación previa al Servicio Público Estatal de Empleo de trabajadores.
De esta forma el empleado sigue cobrando del SEPE, todo o una parte de su salario, y por norma general la empresa le paga en negro una pequeña parte que compense sus pérdidas ya que el SEPE abona el 70% de la base de cotización. De esta manera se ahorran una parte muy importante de los costes laborales para reiniciar su actividad, así como las cotizaciones a la Seguridad Social de estos empleados. Ya es algo que se venía avisando y que en caso de sanción supondrá un grave problema para la empresa.
También perseguirán la realización de horas extraordinarias con personal reincorporado, manteniendo personas trabajadoras en ERTE. Aquí el registro horario obligatorio puesto en marcha el año pasado juega un papel fundamental.
Según el director de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, Héctor Illueca,
desde la Inspección de Trabajo y Seguridad Social tratamos de impedir que el fraude de unos pocos comprometa el esfuerzo de tantos
Lo cierto es que basta una o varias denuncias anónimas, ya sea de trabajadores afectados, de clientes o incluso de nuestra la competencia que sospecha que negocio está realizando un fraude para que Inspección se ponga en marcha. Y las sanciones van desde los 6.000 euros en adelante para las infracciones muy graves por cada trabajador en fraude. Es como para pensárselo dos veces.