Por qué no deberías decir que te gusta tu trabajo o estás contento en tu empresa

Por qué no deberías decir que te gusta tu trabajo o estás contento en tu empresa
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A veces dar demasiada información personal en el trabajo puede suponer un problema. No se trata ya tanto de situaciones familiares como de nuestra situación personal en el trabajo. Si por casualidad manifestamos que estamos contentos o que nos gusta nuestro trabajo puede jugar en nuestra contra en una negociación salarial.

Lo mismo podríamos decir sobre la comodidad en el desplazamiento si vivimos cerca o vamos a comer a casa. Son muchas veces datos triviales que se van compartiendo durante la convivencia laboral. Son muchas horas las que pasamos juntos en la oficina. Pero a veces toda esta información crea un prejuicio de la empresa hacia el empleado.

Estás contento en el trabajo, entonces no te voy a ofrecer una aumento para premiar que lo estás haciendo bien. Hay que despedir a alguien, y se opta por el soltero que no tiene cargas familiares y vive en casa de sus padres. Son pequeños ejemplos de cómo este exceso de información muchas veces juega en nuestra contra.

El problema es que muchas veces un cambio de condiciones supone un cambio de estado de ánimo, una pequeña bajada de rendimiento, etc. Y esto será un problema ya que se suele judgar como un problema de actitud, no algo provocado por una decisión empresarial.

Podemos estar muy contentos en la empresa y un cambio de ubicación en la empresa lo cambia todo respecto a nuestras posibilidades de conciliar vida personal y laboral o simplemente a final de mes tenemos menos dinero en el bolsillo al aumentar costes de transportes.

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Imagen | Pexels

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