A veces puede resultar desesperante encontrar un enchufe, un punto de recarga para nuestros teléfonos que están en las últimos restos de porcentaje de uso de batería. Y ves como va mermando poco a poco, vas parando servicios tratando de alargar un poco más el momento fatal. Si además estás en un aeropuerto, donde sabes que tienes un tiempo limitado para usar el móvil antes de salir, la situación puede ser muy triste.
Y te encuentras a profesionales buscando un rincón donde cargar su móvil, encerrados en baños, defendiendo cual plaza fuerte el enchufe que han encontrado para aumentar un 5% la batería del teléfono antes de embarcar. Los que tienen más suerte y un portátil pueden pasar batería del portátil al móvil conectándolo al mismo.
Los más privilegiados son aquellos que tienen una batería de reserva, que pueden cambiar una vez que está en el avión, y seguir haciendo uso del mismo en modo vuelo y tener garantías de llegar a su destino con batería suficiente para avisar de que ya están en tierra o recibir y contestar los últimos correos del día.
En estos casos mi opción favorita son las baterías externas, que podemos compartir entre varios dispositivos y nos pueden dar una segunda vida al final del día, que pueden cargar el teléfono mientras estamos en vuelo para no tener para usarlo al llegar a nuestro destino.
Y es que al final el punto débil de nuestro trabajo en movilidad está en estas baterías, que no han evolucionado tecnológicamente igual que el resto de componentes de teléfonos, tablets o portátiles. Y es bastante triste invertir más de 600 € en un dispositivo que a duras penas llega al final del día.
En Tecnología Pyme | Cuatro alternativas de baterías externas para prolongar la vida de tu teléfono móvil Imagen | warrenski