Una de las cuestiones que facilitan el pago por copia en los sistemas de impresión es saber cuánto imprimimos en nuestra empresa. Si vemos que el número de copias es más elevado de lo que debiera tenemos que tomar medidas para intentar que descienda. Una de las más efectivas es establecer cuotas de impresión en la pyme.
Se trata de asignar una cuota de impresión por usuario, de manera que cada uno podrá imprimir una cantidad determinada en un periodo de tiempo que hayamos seleccionado. De esta manera, el usuario será consciente de que no debe malgastar su cuota imprimiendo algunas cuestiones que pueden gestionarse de otra manera.
Esta es una medida drástica, que en algún momento si ajustamos mucho puede traer algún problema de productividad, pero que es muy efectiva. Es recomendable tratar antes de hacer efectivas este tipo de medidas, hablar con nuestros empleados para que se responsabilicen de qué documentos deben imprimir y cuales podemos ahorrárnoslos. Por supuesto, la impresión de documentos privados queda al margen de la empresa.
Muchas veces basta con hacer una reflexión de qué documentos necesitamos imprimir, qué alternativas a la impresión tenemos o asegurarnos de qué el documento que vamos a imprimir es la versión definitiva. Con un poco de responsabilidad el número de impresiones debe bajar. Este tipo de restricciones no suelen tener un buena acogida por parte de los empleados, por eso siempre debe ser una medida de último recurso.
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