La escena es habitual en estas fechas. Maletas de recogida, operación retorno y los turistas que hasta hace muy poco habían llenado locales vuelven a las grandes ciudades. Se acaba la temporada de lleno total y toca competir por los clientes que quedan. Pero aquí aquellos que han hecho un buen trabajo tienen premio, porque la temporada alta del negocio dura más si recibimos buenas recomendaciones de los clientes.
Es habitual cuando visitamos una localidad y queremos comer, dormir o cualquier otro servicio, si no tenemos referencias acudimos a Internet. Y aquí la inteligencia colectiva nos ayuda. Los comentarios que han ido dejando los clientes que visitaron esta localidad y sus comercios o establecimientos son nuestra referencia.
Por eso aquellos bien valorados son los que se mantienen con unos índices de ocupación más elevados. Por el contrario, los que no han cuidado de sus clientes, han recibido malas críticas y ni siquiera se han molestado en responder o dar su versión, acaban por penalizar. Y lo peor es que en muchas ocasiones ni siquiera saben qué están haciendo mal.
Se trata de escuchar a los clientes, no solo a aquellos que han salido satisfechos, sino también a los que salieron disconformes. No se trata de que seguir el lema de "el clientes siempre tiene la razón", sino tratar de poner remedio en aquello que hemos podido hacer, quizás no mal, pero si mejor.
No solo tenemos que buscar los comentarios en nuestras propias redes sociales, sino hacerlo también en páginas de recomendación, donde muchos clientes potenciales acudirán a revisar las últimas opiniones de otros clientes.
De nada nos sirve invertir en anuncios o promocionarnos en redes sociales, si luego cuando hemos captado el interés del cliente lo que encuentra no es una buena reseña sobre nuestro negocio. Y mucho cuidado con comprar falsos perfiles que acaben por enterrar los peores comentarios, si se descubre el engaño el daño a nuestra imagen puede ser mucho peor que un comentario negativo.