Sentido del humor en el trabajo: la delgada linea roja

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HOY SE HABLA DE

Supongo que la mayoría habéis visto recientemente el famoso monólogo de la azafata de SWA con el que arranca este post, una manera de darle la vuelta a las tediosas instrucciones con las que arranca cada vuelo. Uno, que apuesta por el sentido del humor en el trabajo, también es consciente de la delgada linea roja que se proyecta en relación con el mismo, y que no conviene traspasar (al menos no del todo).

Por un lado me ha llamado la atención la virilidad del asunto. El monologo es bueno, muy bueno, pero es que es algo que se está haciendo habitual.

Y es que si se generaliza, si se hace previsible, si está dentro de las expectativas del cliente deja de tener efecto. Eso por no hablar de que en el sentido del humor hay que ser muy sutil para no pisar ninguna callo. Quizás en ese sentido es mejor algún otro tipo de sorpresa:

Por otro lado, más nos vale no tener ningún tipo de deficit de profesionalidad, pues en ese sentido el humor como un boomerang contra nosotros. El ser jocosos nos va a hacer mucho daño ante incumplimientos del producto o del servicio aunque no nos sean achacables a nosotros.

En ese caso lo que quizás conviene es demostrar humanidad con tus clientes. Por no salirnos del sector, tenemos el reciente caso de ese piloto que encargo 38 pizzas para los pasajeros de un avión retenido en el aeropuerto.

Difícil pillar el tono exacto, pero no imposible.

En Pymes y Autónomos | Un poquito de humor, por favor, Nuestro negocio necesita una buena historia

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