Si el cliente quiere blanco dale negro. Sí, sí, no me he vuelto más loco de lo que ya estoy habitualmente, pues soy de la opinión que el dar, que el ofrecer lo mismo que ofrecen los demás, nos permitirá sobrevivir, pero nunca vivir.
Si el cliente quiere blanco, ya encontrará a doscientos que le den blanco, ya encontrará doscientos perfiles profesionales, doscientos productos o doscientos servicios blancos impolutos, que se pelean entre ellos para ser los escogidos. Ese cliente a mí como mínimo para nada me interesa.
A mi me interesa el cliente que quiere negro, aquel cliente que quiere algo distinto y definido, algo que no es lo que le ofrecen todos, y que a mi me permite ofrecérselo de forma distinta, y por supuesto más rentable.
Nunca me ha interesado tener un producto o un servicio de masas, nunca me ha interesado ser un profesional al uso, nunca me ha interesado ofrecer lo que todos ofrecen, para eso ya hay miles y miles de ellos. Me interesa ser distinto, único, minoritario, pero reitero, rentable y diferente.
En Pymes y autónomos | Lanzando nuevos productos en un nuevo mundo
Imagen | Antonio Tajuelo