Si crees que trabajarías mejor desde casa que en la oficina tal vez no lo has pensado bien

Si crees que trabajarías mejor desde casa que en la oficina tal vez no lo has pensado bien
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A nivel tecnológico las comunicaciones y la banda ancha nos dan una gran abanico de posibilidades que nos permitan trabajar desde casa como si estuviéramos en la oficina. Sin embargo no es lo mismo trabajar en nuestra casa que en un entorno laboral, con sus ventajas e inconvenientes. Si crees que trabajarías mejor desde casa que en la oficina tal vez no lo has pensado bien.

La principal ventaja que todos vemos de forma inmediata es no tener que desplazarnos al trabajo. Eso en una ciudad grande, con problemas de tráfico en horas punta puede suponer tranquilamente un par de horas diarias. A la vez puede facilitar la conciliación de la vida familiar y profesional. Pero lo cierto es que no es todo tan bonito como podría parecer.

Hay que valorar una serie de aspectos para saber si realmente seríamos más productivos trabajando desde casa que en la oficina.

Espacio de trabajo y medios

Lo cierto es que aquí por muy fácil que lo tengamos hoy en día para trabajar desde casa, ya sea porque nuestra empresa tiene los datos en la nube o la mejora de las comunicaciones y puertos remotos, trabajar en la oficina siempre resulta mejor.

Tenemos nuestro puesto de trabajo con todos los recursos necesarios para llevar a cabo nuestras tareas. En casa tal vez no tenemos un espacio con la suficiente privacidad, un despacho, y nos toca trabajar en una sala común, como el salón. Esto nos lleva a tener aprovechar el tiempo cuando no hay nadie en casa, ya que en el momento en que llega el resto de la gente concentrarse en el trabajo, simplemente es misión imposible.

Pero además nos pueden faltar medios técnicos. Tal vez nuestro ordenador en casa no es el que tenemos que utilizar para trabajar, no tenemos una impresora o nuestra línea de banda ancha simplemente no es lo suficientemente buena como para hacer que determinadas tareas se ejecuten con fluidez.

En general es la empresa la que tiene que proveer los medios necesarios para que el empleado lleve a cabo su trabajo. Pero en muchos casos se llega a un acuerdo entre ambos para que dichos medios sean compartidos, como pueden ser la línea de comunicaciones.

Interrupciones

Con las interrupciones de trabajo la cuestión está repartida. Podemos pensar que si estamos solos trabajando en casa no vamos a tener interrupciones de compañeros que nos comentan cualquier cosa trivial o llamadas de clientes que nos pasan. Podremos concentrarnos mejor en las tareas que tenemos pendientes sin tener que parar cada dos por tres.

Sin embargo cuando empiezas a trabajar en casa te das cuenta que cada dos por tres te están llamando a la puerta para que abras a un repartidor de publicidad, al teléfono para pedirte que cambies de compañía telefónica o que los clientes directamente te están llamando a tu móvil e igualmente tienes que contestar.

Distracciones

El problema de que nos interrumpan no está en cuánto tiempo perdemos, sino más bien en cuánto tiempo nos cuesta recuperar el hilo de lo que estábamos haciendo y la concentración. Y esto es algo que a medida que estamos más cansados nos cuestan más. Y aquí trabajar en casa no ayuda, porque una vez que nos hemos levantado tenemos una excusa para ir a la cocina a por un café, hacer una pausa algo más larga, etc.

Trabajar en casa es un esfuerzo constante para no distraernos con mil cuestiones

Y lo malo es que necesitamos un buen autocontrol para que la pausa no se alargue. Pero también para no entrar un par de minutos en Facebook y quedarnos allí toda la mañana o echar un vistazo al periódico y que pase una hora. Porque por mucho que pensemos que tenemos todo el día, a poco que nos distraigamos veremos que en casa no nos cunden tanto las horas de trabajo.

El peligro es que al final vemos que tenemos una serie de tareas pendientes y se va acabando el día. El resultado es una baja productividad y tener la sensación de que nos hemos pasado todo el día trabajando. No compensa no acudir a la oficina si es a costa de tener que extender nuestros horarios de trabajo.

Comunicación y relación con el resto del equipo

Aquí sin duda gana el trabajo en la oficina. A pesar de los avances en comunicaciones y que no siempre tenemos que estar en casa, lo cierto es que para estar más en contacto, sentirnos parte del proyecto, de la empresa, formar equipo, etc. trabajar solos en casa no es una gran ayuda.

Sobre todo porque hay una conexión emocional que, para bien o para mal, no vamos a tener con nuestros compañeros, con el resto de la empresa. Y lo peor es que en algunos casos podemos ser envidiados por muchos que opinan que trabajar en casa es un chollo en lugar de una opción con sus ventajas e inconvenientes.

Bonus Track: las tareas extras en el hogar

Como estás en casa te va a tocar hacerte cargo de mil cuestiones del hogar y pequeños recados. ¿Qué tienen que venir a hacer algún arreglo? No hay problemas ya que estás en casa... pero trabajando, no pendiente de lo que hace o si viene o no.

Conciliar a costa de ampliar horarios no siempre es buena idea

¿Hay que arreglar cualquier papel o trámite? Te toca acercarte porque tu puedes trabajar a cualquier hora. Pero lo malo es que luego ese día tienes que empezar tus tareas a las seis de la mañana para tener tu jornada matutina acabada o casi antes de salir a hacer estas gestiones que han delegado en ti.

Trabajar desde casa no es tan bonito como lo pintan. Es cierto que tenemos autonomía para organizarnos y que no perdemos tiempo en desplazamientos. Si la empresa tuviera flexibilidad para los horarios de entrada y salida sería algo que reduciría este aspecto. Pero luego hay otras cuestiones donde es mejor ir a la oficina como el resto de empleados de la empresa con un horario estructurado y olvidarte de todo cuando sales por la puerta.

En Pymes y Autónomos | Problemas al trabajar en casa

Imagen | inkflo

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