Pesadilla en la cocina de la Taberna La Concha, El Rocio

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Se acaba de estrenar la nueva temporada del programa estrella de laSexta, liderado por Alberto Chicote, y nosotros no vamos a faltar a la cita, acudiendo esta vez a la pesadilla en la cocina de la Taberna La Concha, en El Rocio, que podéis ver íntegramente en este enlace.

¿Novedades? Yo no las percibo (quizás a nivel de realización se ven más las cámaras), la estructura del programa sigue siendo la misma, con sus virtudes (el presentador) y sus defectos (la nula credibilidad de alguna de las resoluciones de las crisis). Pero nosotros vamos a lo nuestro, a nuestras tajadas, a usar este programa como excusa para tratar temas de gestión empresarial.

En esta ocasión asistimos al intento de rescate de Chicote de una taberna en El Rocío, propiedad de Antonio y su marido, que trabaja con él en la cocina, y financiados por los padres de aquel, que echan también una mano en el negocio. Un auténtico despropósito de gestión, con toques histéricos como podréis comprobar en el video, en una suerte de comedia coral a lo Berlanga o a lo Almodovar.

Chicote pasa de ser consultor al uso

Tengo que reconocer que hubo un momento en que me sonreí, y es cuando Chicote se niega a hacer el trabajo para el que cree Antonio que le ha llamado, y es el de meter caña a la plantilla del establecimiento, que es poco profesional y desorganizada.

Pero Alberto señala certeramente que, siendo posible que eso sea así, es en primer lugar una responsabilidad suya como gerente, y en segundo que los problemas son mucho mayores que ése: la comida es lamentable, su comportamiento como gestor está fuera de tono y quema a la plantilla, marido incluído, y su historial con tres cierres a las espaldas en negocios de hostelería no augura nada bueno.

¿Por qué digo que me sonreí? Pues debido a que Chicote no entro al juego al que entran tantos y tantos consultores que vemos en nuestras empresas, esos consultores que llegan para hacer un estudio y proponer unas soluciones que, realmente, ya están tomadas de antemano por el equipo directivo, y que solo buscan un refrendo con el principio de autoridad. Y los consultores se prostituyen, pillan la pasta y a otra cosa mariposa.

En este sentido Chicote se comporta como un auditor, pero como un auditor de los de verdad, tu me llamas pero los problemas te los digo yo, así como las medidas correctivas. Y es evidente que a alguien con la personalidad de Antonio esto no le cae nada bien.

Pero Chicote no es un psicólogo

Pero que sea un auditor no implica que sea un psicólogo o un psiquiatra. Supongo que no soy el único al que el comportamiento de Antonio no le parece normal. A esos brotes de ira, de violencia verbal y descontrol, físico, a esa huída en cuanto la realidad se le pone un poco cuesta arriba, se une una actitud de permanente negación de la realidad, de falta de madurez.

Para pegar sellos en un mostrador es posible que dichos rasgos de personalidad pudiesen ser asumidos, pero me temo que en un negocio como la hostería, de stress permanente, de gestión de equipos, existencia, etc, al límite, lo único que puede ocurrir es que se disparen una y otra vez.

Como en alguna otra ocasión creo que Antonio necesita ayuda, y me parece una irresponsabilidad pasar por alto este punto por parte del programa.

Ayudas que matan

Hay ayudas que matan. Ese apoyo permanente de los padres, especialmente de la madre de Antonio, será totalmente bienintencionado, pero lastra a su hijo como persona y como profesional. Hay dos aspectos que me gustaría destacar:

  • ¿Qué es eso de que han sacado los padres un préstamo para el hijo para montar el negocio? Ya no es que los coloque de avalistas, es que han tenido que dárselo hecho, es algo increíble, y que pone en una situación de riesgo financiero a la familia. Por muy hijo que sea son evidentes sus carencias profesionales, ¿qué sentido tiene reglar un juguete caro y complicado que no sabe manejar?
  • La presencia de los padres en el negocio es contraproducente, le da un toque folklórico, resta a nivel profesional y le sirve de excusa permanente al gestor. Donde tiene que estar apoyando y exigiendo es en casa, pidiendo cuentas periódicamente al hijo de la evolución del negocio, de la reducción de la deuda que han contraído. Pero claro, es menos duro limpiar las banquetas que pedirle a tu hijo que justifique su gestión y que te devuelva el dinero.

Y otro tanto con el marido. En casa la relación será la que sea, pero en los negocios las relaciones deben ser profesionales, de exigencia y de respeto. No cabe otro modelo.

Por lo demás, se repite el clásico que ya hemos visto tantas veces con Chicote del sableo al turista, y en este caso a los jubilados en viajes concertados (creo que es la forma más curte de turismo que conozco y sólo garantiza la supervivencia de lo más tirado a nivel hostelero).

Por cierto, ni una opinión en Tripadvisor, ni una web...¿me puedo confirmar alguien de la zona si el negocio sigue abierto y qué tal les va? Lo digo ya que la resolución del programa si que es un milagro, un acto de fe el que nos creamos que de la noche a la mañana Antonio es capa de llevar medio día un local como ese. A ver si la Blanca Paloma ha intercedido por él.

En Pymes y Autónomos | Pesadilla en la cocina del Chiringuito Tío Matías, Aguadulce, Pesadilla en la cocina del Vivaldi, Barcelona

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