En este periodo de reforma fiscal, donde el Gobierno ha salvado el pacto, a última hora, garantizando el impuesto energético, amén de la tasa a la banca y el tipo mínimo a las multinacionales, las medidas extraordinarias de 2024, han dejado más de 2.859 millones de euros.
En el otro lado, la tributación a trabajadores y empresas, con cifras de octubre de este año, parece marcar un nuevo récord: 20.000 millones de euros más que en 2023, y quedan dos meses por computar. Todo ello, señala el aumento en los impuestos directos, que han ayudado a superar la recaudación tributaria de los años anteriores.
Banca y energéticas, récord de beneficios
La realidad española es que los impuestos extraordinarios a banca y energéticas podrán convertirse en permanentes. Un impuesto que casi estaba tumbado (el de las energéticas), como titulaban en El economista, y que será clave en la nueva reforma fiscal.
En cifras, los gravámenes o impuestos temporales recaudaron 2.859 millones, repartidos entre 1.695 millones a la banca (que ha vuelto a tener beneficios récord un año más: 26.088 millones) y 1.164 millones a empresas energéticas, que solo aplica a grandes operadores con ingresos netos superiores a los 1.000 millones de euros.
El futuro de estos impuestos es incierto a medio y largo plazo, aunque el Gobierno busca convertirlos en permanentes. Por ahora, el Congreso, en sesión del 19 de noviembre, consiguió (178 votos a favor, 171 en contra) mantener las medidas tributarias que aprobaban definitivamente el impuesto a la banca y, a la vez, prorrogar el de las energéticas.
El sector afectado ha criticado su impacto en la competitividad, mientras Hacienda defiende su legitimidad en una política fiscal equitativa y que se alinea con las recomendaciones europeas.
20.000 millones más
Frente a estas recaudaciones, el esfuerzo fiscal de las grandes compañías, tiene una fuerte contrapartida en las pymes y los trabajadores, que el Ejecutivo no tiene intención de ignorar.
En este caso, la recaudación fiscal con fecha de octubre de 2024 alcanzó los 254.873 millones de euros, superando en casi 20.000 millones la recaudación total de 2023 (235.391 millones).
Esto supone un crecimiento del 8,3% interanual, antes de final de año, impulsado por los impuestos directos, que han crecido un 9,3 %, el aumento del IVA y ciertos impuestos especiales, como el del tabaco y los hidrocarburos.
En concreto:
- Los impuestos directos (+9,3%) se han beneficiado de un aumento en la recaudación del IRPF (+7,8%) y del Impuesto sobre Sociedades (+14,1%).
- A su vez, el IVA (+7,4%) ha supuesto un incremento en el saldo tributario positivo impacto positivo debido a la eliminación progresiva de rebajas en alimentos básicos y energía, que han vuelto a las tributaciones anteriores.
- Ciertos impuestos especiales (+5,6%), liderados por el tabaco (+2,1%), también han contribuido en menor medida. Es el caso de los hidrocarburos (+1,7%), cuya afectación es menor a causa de la caída del consumo de gasoil para automoción.
En cualquier caso, no parece haber marcha atrás. La presión fiscal, tanto directa como indirecta, sigue siendo alta para el grueso de los españoles, y el Gobierno es consciente de esta realidad.
Por ello, desconocemos si habrá reajustes tras estos años de bonanza para el ciudadano de a pie, pero, con estos datos en la mano, el impuesto a la banca y las energéticas parece que vendrá para quedarse... o debería.