Cuando un programa de televisión 'obliga' a tu jefe que te haga un contrato digno
Vocación de empresa

Cuando un programa de televisión 'obliga' a tu jefe que te haga un contrato digno

HOY SE HABLA DE

A vueltas con El jefe infiltrado. Se trataba de una emisión de hace unos años pero hace unos días se pudo ver de nuevo. No deja de ser un espectáculo porque eso es lo que se espera de este tipo de formatos, pero a veces llama la atención la escasa comunicación o la inexistente relación entre el jefe o el encargado respecto a sus empleados.

Pero, además de que nadie se acerque hasta donde desempeñas tu labor para preguntar cómo van las cosas, y sí lo hagan para exigir cuando hay problemas, lo que llamó mi atención era el desconocimiento que tenía el jefe superior del trabajo que conlleva ser camarera de hotel y las condiciones laborales.

14 habitaciones para limpiar y un contrato extraño

Si algo es conocido, gracias al movimiento/plataforma de las conocidas Kellys es que trabajo es muy duro, estresante y poco valorado tanto por la empresa como por parte de algunos clientes. El jefe, en esta ocasión, no sabía ni la cantidad de habitaciones que había que limpiar bajo una presión tremenda ni la pésima calidad de los utensilios con los que trabajaban sus empleadas.

En más de una ocasión dejó claro que él no había tenido ningún tipo de problema en la vida. Y aquí radica la cuestión principal a la hora de dirigir una gran empresa o pequeña.

Si careces de empatía natural, al menos, deberías hacer el esfuerzo de conocer mejor a tus trabajadores

Sé que suena a utopía pero, todos saldrían ganando. ¿Acaso además de un buen sueldo, no agradecemos que un gerente nos diga que nuestro trabajo es importante?

O si se ha atravesado una crisis, en el caso de las camareras de piso, tener que limpiar muchas más habitaciones de las que les corresponden, qué menos que dar las gracias porque eso no entra en el sueldo, sobre todo en contratos que no reflejan que trabajas más días de la semana de lo que en él aparece.

Mucho hablar del salario emocional, pero poco se lleva a la práctica.

Cuando el 'regalo' es que tu contrato sea digno, no es para aplaudir

Cuando el susodicho infiltrado, pasa por diferentes áreas de sus hoteles, comprueba que no tiene ni idea de hacer nada. Es decir, mandar o gestionar una empresa, tal vez. Pero cuidar la parte más importante que son los trabajadores, no.

Despertó mi curiosidad y luego asombro, ver ese reencuentro entre el 'nuevo compañero' y luego jefe frente a la camarera de piso del hotel. No sólo no hubo ningún premio o aliciente económico o relacionado con el ocio para esa mujer.

Lo único que hizo fue regularizar su situación al hacerle un contrato donde se reflejaba su realidad, a esto hay que añadir la aparición de la supervisora que además de no servir para mucho, si atendemos al lenguaje no verbal de las empleadas, sólo sirvió para que quedara patente que el jefe reforzaba la figura de la que no sabe mandar y no premiaba a las que estaban al pie del cañón.

Sus caras de pánico ante la idea de ser despedidas no creo que formaran parte de ningún espectáculo

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Más que un jefe infiltrado, sería necesario que el jefe fuera uno más de la plantilla de vez en cuando

Y no precisamente para ganar audiencia con un programa, o dar a conocer tu empresa a través del mismo. Por lógica, cuando uno apuesta su capital en una empresa, lo que quiere es que ésta funcione bien. Y para ello, no debe acomodarse en el área donde se vive otra realidad que dista mucho de la de los empleados.

Es muy fácil decir que un departamento no funciona. Pero lo es mucho más pasarse por allí y ver a los trabajadores en acción. Para ver qué carencias tienen tanto a nivel formativo como de logística. En el caso de las camareras de piso, mover unos carros anticuados que pesaban mucho, ralentizaba su labor.

Lo ideal sería resolver los problemas de tu empresa sin una cámara delante

Vivir en primera persona el estrés al que están sometidos tus trabajadores, te hará formarte una composición de lugar un tanto diferente a algo tan simplificado como: "Esto no funciona". Cuando la solución pasa por preguntarse el motivo.

Se premia la agresividad disfrazándola con otra virtud del empleado

En este programa, además de las camareras de piso, que se quejaban (y con razón) de la nula comunicación con la supervisora y una en concreto, de sus condiciones laborales, aparecía un cocinero que sólo sabía comunicarse a base de gritos y de sacar a relucir una personalidad un tanto egocéntrica.

Si tanto se pide el trabajar en equipo, resulta llamativo que a la hora de la charla con el que ha sido tu 'compañero', primero seas criticado por esas formas nada apropiadas para trabajar en equipo, y luego seas premiado para asistir a una Feria Gastronómica porque demuestras pasión.

La conclusión a la que llego es que se cumple lo que ya sabemos:en general, los jefes terminan por alejarse de la realidad de la empresa que dirigen, les gusta tener mandos intermedios con una personalidad un tanto agresiva, y aunque fomentan el trabajo en equipo en el fondo, prefieren que alguien lleve la batuta con firmeza. Por supuesto, y por fortuna, no todos los jefes son así.

Imagen|Pixabay

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