La crisis sanitaria provocada por la covid-19 enseñó a las empresas que debían ser más ambiciosas con lo que a sus planes de digitalización se refiere. El futuro pasa porque las organizaciones transformen sus procesos y productos, y la legislación también avanza en esta dirección, por ejemplo obligando a los autónomos a hacer sus gestiones online.
Sin embargo, a pesar de la demanda de perfiles tecnológicos ya era muy grande en periodo pre-pandemia, la covid-19 no ha hecho sino aumentar la necesidad de este tipo de profesionales. No en vano, la penetración del comercio electrónico ha crecido un 125 por ciento desde 2011, con un salto muy significativo en 2020 a raíz de las restricciones impuestas.
Sin embargo, todavía existe un déficit demasiado grande de puestos que no se están cubriendo como a las empresas les gustaría. La creciente falta de perfiles y competencias digitales en España genera importantes pérdidas de actividad en el sector de las Telecomunicaciones, Información y Comunicación (TIC).
Solo en el ámbito de los servicios digitales, hay una fuga de actividad cercana a los 315 millones de euros anuales, y una merma de 110 millones de euros de recaudación fiscal al año y de un 12,5 por ciento menos de nuevas contrataciones, que equivaldría a un mínimo de 3.600 vacantes por año. Esta es una de las principales conclusiones del estudio ‘Empleabilidad y Talento Digital 2020’ elaborado por la Fundación VASS y la Universidad Autónoma de Madrid.
El futuro de este sector es imparable. La Unión Europea estima que el 45 por ciento de los empleos en 2022 estarán relacionados con el ámbito digital y, solo LinkedIn contabilizaba a finales de 2020 más de 285.000 vacantes para puestos tecnológicos en Europa.
Un sistema universitario que no fomenta las competencias digitales
Como agravante a esta situación, en los últimos cinco años, el sistema universitario ha dejado fuera de sus aulas a más de 20.000 jóvenes que solicitaron plaza para realizar el Grado en Informática. Además, la tasa de abandono en estas disciplinas lidera el ranking nacional con un 50 por ciento de abandonos en los tres primeros cursos de la carrera de ingeniería e informática.
Por eso, la formación en competencias digitales constituye todo un reto para las administraciones públicas españolas y la economía en general. El objetivo es pasar de los 7,8 millones de especialistas TIC actuales a los 20 millones en un periodo de tiempo relativamente corto.