El verano no está siendo la época esperada por los autónomos, que confiaban en los meses de julio y agosto para paliar los efectos perjudiciales que la pandemia ha tenido sobre sus cuentas. Las medidas restrictivas impuestas por Sanidad han dejado a muchos trabajadores en la cuneta, reduciendo su facturación y provocando un verdadero problema en sus finanzas.
A todo ello hay que sumarle el progresivo fin de las medidas extraordinarias del Gobierno para luchar contra la COVID-19 con el fin del estado de alarma, especialmente el cese de actividad. Por el momento, las exenciones en la cuota de autónomos se han acabado, y la percepción se terminará en el mes de septiembre.
Ante esta difícil circunstancia, los tres colectivos de autónomos más representativos de nuestro país (ATA, UPTA y UATAE) han reclamado al Gobierno que recupere con urgencia la prestación extraordinaria por cese de actividad, porque todavía hay autónomos que continúan sufriendo los efectos del confinamiento de marzo.
Las asociaciones han sido bastante duras con las ayudas del Gobierno desde julio, a las que tachan de absoluto fracaso, especialmente ATA, asociación que está adscrita a la CEOE. Estas asociaciones ya exigieron al Gobierno a finales de julio revisar las ayudas desplegadas para el escenario de nueva normalidad.
Ahora, las peticiones tienen mayor urgencia si cabe. Y si bien tanto Sanidad como las Comunidades Autónomas han pactado medidas sanitarias para contener el virus que afectan a diferentes actividades económicas, estas no alcanzan al conjunto de trabajadores autónomos.