Puede verlo haciendo click aquí

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Es una de las cosas que sigo viendo en algunas páginas web y no acaba de gustarme en absoluto. Los enlaces del tipo “puede verlo haciendo click aquí“ son algo que habría que desterrar de la web. Es una fórmula un tanto ajada ya que pertenece al pasado, puesto que era de ayuda cuando la navegación web no era tan popular y la gente no tenía claro cuando existía un enlace en un punto u otro.

Hoy en día casi todo el mundo tiene claro donde están los enlaces en un texto de una web. Además no me gusta el tono imperativo. Parece que estamos obligando en muchos casos a la persona a que vaya al enlace. Por otro lado no tengo muy claro si tener enlaces dentro de los textos de la web de empresa puede ser una ventaja o un inconveniente.

Es decir, se trata de saber si queremos que la persona que está leyendo nuestro texto llegue hasta el final del mismo y allí encuentre una serie de enlaces que le proporcionen más información o los introducimos en medio del texto de forma que les lleven a otros lugares de nuestra web o a páginas externas que contribuyan a matizar los textos o dar más información sobre los mismos.

Los enlaces internos son a la web lo que las notas de página a la literatura. Cada uno podemos hacer un uso distinto como lectores de ellos. Unos optan por leerlos nada más ver el enlace, otros esperan a finalizar párrafo o texto para recuperarlos. En mi caso soy de los segundos, si me interesa ampliar la información me detengo y si no con un vistazo rápido me es suficiente.

Otra cuestión de estilo que debemos definir es como tiene que abrirse el enlace que hemos creado en nuestro texto. ¿Tiene que abrirse en una ventana externa, en otra pestaña o en la misma página que estamos navegando?. Cada una de las opciones tiene su miga. Si la abrimos en una ventana externa, muchos usuarios tienen activado la protección de elementos emergentes con lo que puede que no lleguen a abrila.

Si lo abrimos en otra pestaña, mi favorita, existe la posibilidad de que utilicen navegadores que no funcionan con la navegación por pestañas. Cada vez son menos y más residuales en el escritorio, pero tenemos que tener en cuenta que también conectarán por medio de teléfonos móviles, tablets, etc. Ya no podemos pensar sólo en el acceso a Internet desde un ordenador convencional.

Si elegimos abrir el enlace en el mismo sitio de nuestro texto sacamos al usuario del mismo, es decir, que para volver tendrá que utilizar las típicas flechas de Adelante y Atras, en este caso atrás, para retomar el hilo del mensaje. En este caso el peligro es que se pierda usuario en otro texto o referencia que le puede llevar a otro lado y ha salido de nuestra página.

Por todo esto no conviene abusar de los enlaces internos en nuestros textos corporativos. Además, siempre podemos partir los textos y redactarlos con un formato periodístico. Es decir, incluimos en un par de párrafos iniciales toda la información básica, y tras ellos, ponemos un enlace con la leyenda más información para aquellos que realmente estén interesados en el producto.

No es fácil mantener a las personas que han llegado a nuestra web mucho tiempo en la misma a menos que estén muy interesadas en nuestros productos. Por eso, tenemos que intentar captar su atención y no distraerlos con otros enlaces a distintos sitios, ya sean de nuestra web o no. Utilicemos los enlaces internos con moderación, sensatez y sobre todo semánticos, que la propia palabra o frase enlazada indique al usuario donde le va a llevar, sin necesidad de poner el tan manido “Haga click aquí para más información”

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