No puedo trabajar bien sin acceso a Internet, ¿por qué es tan difícil de entender?

No puedo trabajar bien sin acceso a Internet, ¿por qué es tan difícil de entender?
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Una de las principales quejas que me encuentro habitualmente de empleados de empresas es el acceso a Internet en sus puestos de trabajo. Y no hablamos de acceso para cuestiones que tienen que ver con temas personales, sino más bien para cuestiones de trabajo, de manera que la productividad se ver mermada por la falta de acceso a Internet.

Y en la mayoría de los casos me encuentro con quejas sobre el servicio técnico que administra dichos accesos o el ancho de banda de la empresa. Una política muy restrictiva que no se aplican ellos mismos, donde el servicio técnico tiene abierta la navegación a todo tipo de páginas.

Páginas blancas para la navegación

Si limitamos los accesos tenemos que ser ágiles en su apertura para no limitar la productividad

Personalmente me parece correcto llevar una política restrictiva para los accesos, pero esto tiene que ir de la mano de una agilidad en la apertura de accesos autorizados por los responsables. Aquí se pueden llevar dos tipos de políticas, por un lado se abre el acceso a un usuario concreto una vez autorizado y se le deja esta página abierta o por el contrario sólo se le concede una acceso puntual.

Esto implica que tanto el responsable del departamento como el servicio técnico tienen que ser diligentes en la apertura de los servicios. Por otra parte tenemos que tener un sistema eficaz que permita abrir accesos sólo para determinados usuarios, Ips, etc. que muchas empresas, aunque parezca mentira no tienen disponibles y esto queda en todo abierto o nada.

Cuando las redes sociales son parte de nuestro trabajo

Otras veces más que la seguridad la razón para limitar el acceso a Internet es la productividad. Y lo cierto es que hoy en día con el acceso a través de los smartphones esto no tiene demasiado sentido. El empleado que pierde el tiempo en Internet, lo mismo lo hace desde su móvil que desde el navegador web.

Porque muchas veces se llega al esperpento de limitar el acceso a las redes sociales, como gran agujero de la productividad, a los responsables de socialmedia, donde ya directamente tienen que pedir permiso para acceder y actualizar los perfiles corporativos de las empresas. En mi opinión este aspecto mejoraría mucho si en lugar de medir la productividad por la cantidad de horas que pasamos en el puesto de trabajo lo hiciéramos por la cantidad de trabajo que sacamos adelante.

Los empleados ya son mayores de edad en el uso de las tecnologías

No es recomendable la política de café para todos en Internet

Pero es que además se sigue pensando en que la mayoría de los empleados necesitan ser tutelados en el acceso a Internet. Y lo cierto es que en la mayor parte de los casos ya somos mayorcitos, tenemos el suficiente bagaje como para saber a qué páginas se puede o se debe entrar desde el equipo del trabajo y a cuales no. En todo caso una tutela efectiva que notifique que determinados accesos no son recomendables debería bastar.

El problema es que muchas veces esto exige por un lado monitorizar los accesos de forma personalizada, algo que no siempre se quiere hacer con este grado de detalle. O no se quiere señalar a las personas que están haciendo un mal uso del acceso a Internet y se prefiere dar un aviso en general.

Esto provoca dos tipos de reacciones. Por un lado los empleados que están haciendo un buen uso de Internet, tanto en el acceso como en el tiempo de uso, se sienten molestos porque ellos no están haciendo nada malo. Por otro, los empleados que están haciendo un mal uso, y lo saben, seguirán actuando de la misma manera. Y al final se llega a la injusta conclusión de acabar por limitar el acceso a Internet para todos.

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