La difícil decisión de empezar de nuevo sin caer en los mismos errores

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Ni la mejor de las planificaciones, ni el mejor de los equipos está libre del fracaso, de la caída en el camino empresarial. Pese a que nuestro objetivo es evitarlo, entra en el guión y hay que estar preparado para ello. Especialmente para saber cuál es el momento de parar, volar los pilares que colocamos en su momento y que no han acabado de dar el resultado esperado y comenzar de nuevo evitando errores pasados.

Inicias la andadura empresarial. Todo está listo: una inversión asegurada, un plan de acción definido y realista y unas energías a punto para resistir los embates de esta crisis. Sin embargo, el guión no se reproduce tal y como pensaste y las cosas se tuercen. Los ingresos no llegan, pese a que sigues creyendo en el modelo y en la fórmula para lograrlos. El dinero de tu inversión inicial se agota y las alarmas saltan. El entorno te está gritando que hay que cambiar algo.

Y es aquí donde hay que tener la sangre fría para parar a tiempo. Ese miedo al fracaso, del que hemos hablado en alguna ocasión, no puede frenar una decisión correcta para evitar males mayores. Hay ideas de negocio que sobre el papel pueden resultar magníficas pero que, en la práctica, no llegan a buen puerto. Y eso se ha de tener claro antes de emprender un proyecto en el que se arriesga dinero y tiempo.

Se antoja casi obligado plantear límites que no se puedan traspasar. Hundirse por tratar de llevar a cabo un negocio cuyo éxito es más que discutible en la práctica es algo que puede salir caro, muy caro. ¿Es eso ser pesimista, plantear el fracaso antes de que ocurra? En absoluto. Es, simplemente, parar para mejorar, para perfeccionar el modelo, para indagar nuevas fórmulas y seguir. No es un abandono definitivo, es una parada técnica. ¿Es difícil? Sin duda.

El empresario tiene que estar preparado para, como dice la canción de Bruce Springsteen que encabeza al post (dedicada al campo de fútbol americano de los Giants), traer la bola de demolición para echar abajo todo y comenzar de nuevo con la lección aprendida de los errores cometidos en el camino. En definitiva, ser consecuente y saber parar a tiempo. No hacerlo no significa ser mejor empresario, sino que acarrea un riesgo innecesario.

En Pymes y Autónomos | El extraño fenómeno del amor al fracaso empresarial, El valor del fracaso, El fracaso es mucho más natural de lo que nos pensamos Vídeo | Youtube

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