¿Quién no se ha encerrado en su despacho horas y horas y al final ha visto que por mucho que pretendía avanzar en el trabajo solo se colapsaba?, ¿quién no se ha quedado hipnotizado delante de la pantalla pretendiendo escribir aquel texto que precisa urgentemente y se da cuenta como más lo necesita su mentes menos le da de sí? ¡Vayamos a buscar la inspiración!
Para todos estos casos, salgamos del despacho, cerremos la pantalla, y vayámonos al bar, a pescar, a jugar una partidita de golf, a mirar tiendas, comprar, pasear, dormir o lo que nos venga en gana, pero lo que precisamos es desconectar.
Muchas veces pensamos que cuanto más nos esforcemos, que cuanto más nos emperremos a sacar ese trabajo adelante lo conseguiremos, cuando no nos damos cuenta que lo único que haremos es colapsarnos, y que probablemente si desconectamos, este trabajo que ahora no conseguiremos sacar, posteriormente cuando nos volvamos a sentar delante de la pantalla, a encerrarnos en nuestro despacho, lo sacaremos adelante como por arte de magia en pocos minutos.
Dependerá del trabajo que tengamos y del tipo de persona que seamos, y en ningún caso se tratará de no ser disciplinado o de no tener una rutina y unos horarios más o menos coherentes (o eso dicen), pero no nos engañemos (y como más creativo sea nuestro trabajo más así será): el esfuerzo sirve, la dedicación funciona, pero la inspiración, el dejarse llevar y el ser a veces un poco díscolos también puede darnos grandes y creativos resultados.
En Pymes y autónomos | 2009 año de la creatividad e innovación
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