Y con la Navidad llegó el despido

Y con la Navidad llegó el despido
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Un grupo de amigos se reúne. El motivo es festivo. Pero uno de ellos está cabizbajo y no puede evitar que el tema de conversación gire alrededor de la noticia que le han dado: próximamente van a prescindir de sus servicios en la empresa.

Lleva más de quince años en ella. No comprende cómo de la noche a la mañana tiene que empezar de cero, pero a pesar de ello, su cabeza da vueltas en torno a una idea: ¿Estudiar? ¿Preparar una oposición?

Futuro incierto

Nadie sabe lo que le depara el futuro, pero cuando un trabajador lleva más de una década con una rutina, el hecho de estar en el paro "de un día para otro" es si cabe, más traumático.

"Siempre he hecho lo mismo". "Llevo años sin estudiar". "Soy demasiado mayor"."Me falta formación".

De repente, el mercado laboral parece un lugar hostil y ajeno. ¿Dejar un currículum? ¿Cómo buscar un empleo nuevo? ¿Por dónde empezar? Vamos a añadir que nos encontramos en unas fechas "entrañables" que en nada ayudan con esos mensajes que incitan al consumo.

Puntos positivos

Son muchos años trabajados, por lo tanto hay que vigilar que nuestros derechos se cumplan para recibir la indemnización correcta:

Cuando se produce el despido, es recomendable seguir algunas recomendaciones:

  • Exigir una copia de la carta de despido y comprobar que es igual que la copia para la empresa. La carta tiene que estar sellada por la empresa.

  • Poner la fecha del día en el que se entrega la carta

  • Poner “no conforme”. Ponerlo no implica que se vaya a demandar, pero si luego se quiere demandar, se tendrá más fácil.

  • Por último, firmar.

El finiquito se tendrá que firmar de la misma forma, y se tendría que recibir al producirse el cese en el trabajo.

Cuando se es despedido, la persona tiene cierto poder de negociación, sobre todo si han prescindido de sus servicios por elementos ajenos a su desempeño.

Hay que sacar provecho de esta situación, por ejemplo, solicitando cartas de recomendación por lo que hay que cuidar que las emociones no hablen por nosotros (ira, frustración...)

Vida nueva

Al igual que ese amigo del comienzo se planteaba qué hacer con su vida laboral con muchas dudas, estar desempleado no es sinónimo de quedarse deprimido en el hogar.

Hay que aprovechar ese tiempo para establecer un plan de trabajo donde se especifique cómo se llegará al siguiente empleo que refleje: hablar a los contactos de nuestra nueva situación, cómo prepararse para cuando los responsables de Recursos Humanos pregunten sobre el empleo anterior y la razón de haber sido despedidos.

Buscar información sobre oposiciones, academias, o centros de adultos para prepararnos si hace mucho tiempo que no estudiamos.

En definitiva: No tener miedo al cambio. Aceptar que nuestro nuevo trabajo es buscar otro y apostar por la formación. ¿Navidad? Ser conscientes de que la situación ha cambiado y apostar por nuestras habilidades para que estas fechas nos afecten lo mínimo posible.

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Imagen|Coleur

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