Soy tu socio, no tu esclavo: relaciones de amor y odio entre empresas

Soy tu socio, no tu esclavo: relaciones de amor y odio entre empresas
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Todas las empresas se acompañan de diferentes socios y partners con los que colaboran, a los que adquieren bienes y servicios. Es una colaboración de la que ambas partes deben salir beneficiados. Pero tenemos claro que establecer un acuerdo de este tipo no significa la subordinación de una empresa a otra. Se trata de una relación entre iguales en la mayoría de los casos.

Pongamos un par de ejemplos. Una pequeña empresa de construcción tiene un contrato con una empresa de mantenimiento informático. Este acuerdo está regulado por unos acuerdos de servicio. Por lo tanto cuando existe un problema hay normalmente unas horas de asistencia, de resolución, etc.

Yo pago, ¿yo mando?

No pueden pretender que ante un inconveniente esta empresa tenga a alguien en la puerta de su oficina preparado para ponerse a trabajar al momento en un problema que ellos tengan. Este tipo de relación preferente, con personal dedicado sólo a esta empresa implica otro grado de compromiso y por supuesto también otros costes.

También puede tener un acuerdo con una asesoría que se encarga de realizar las nóminas de sus trabajadores y presentar sus impuestos. Pero es la empresa la que debe pasar los datos a la asesoría. No puede exigir que las nóminas lleguen a tiempo si el acuerdo era que los datos se los tenían que pasar con un mínimo de dos días de antelación y llegaron el último día.

Ocurre incluso con empresas con las que ya no existe relación. Un profesional que nos creó la página web hace ya un par de años, pero no tenemos contrato de mantenimiento. Si necesitamos que nos actualice la página muchas veces no se duda en pedir hacerlo de inmediato, sin importar si tiene mucho trabajo con otros clientes o no.

"Total, si a ti no te cuesta nada". Si se cobrara cada vez que se escucha esta frase...

Además en muchos casos se exige que sea a coste cero. Total es sólo cambiar un par de datos, un teléfono, una foto nueva o añadir un artículo que ya le han pasado en un pdf. Al final simplemente lo que se refleja es que no se da valor al trabajo de nuestro partner, de nuestro socio o colaborador.

Imaginaros que ese mismo profesional pidiera a la empresa de construcción que le cambiara unos azulejos del baño a cambio. Por la misma lógica, es sólo pegar unas cuantas baldosas que además ya he tenía compradas. ¿Lo harían gratis? ¿Y si además les exigimos que lo hagan inmediatamente? Podemos visualizar claramente la respuesta.

Por eso cuando establecemos relaciones con otras empresas es importante tener claro que rol juega cada una. Y sobre todo hasta que punto se puede exigir, por ambas partes. Se trata de una colaboración en la que ambas tienen que estar contentas y beneficiarse mutuamente, no tener una relación dominante y exigir como lo haríamos a alguien de nuestra propia organización.

En Pymes y Autónomos | Colaboración con clientes y proveedores: la empresa extendida

Imagen | ECout

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