Son muchos los profesionales que tras el cierre de sus empresas deciden probar suerte como autónomos. En muchos casos, sus herramientas básicas son un portátil, una línea ADSL y un teléfono, con o sin conexión de datos. Lo normal es que continúen trabajando con las herramientas que conocen de su experiencia en la empresa, pero deben considerar la libertad de elección tecnológica del autónomo.
Porque muchas de las decisiones que se toman en la empresa de tamaño medio son totalmente replanteables para un autónomo. ¿Seguimos utilizando Windows como sistema operativo o podemos pensar en trabajar con Apple o Linux? Esta pregunta, que es complicado plantearla en una empresa, tiene muy fácil encaje para el autónomo.
No estoy diciendo que tenga que cambiar de equipos o programas. La inversión que necesita también es importante. Y esto es algo que debemos tener en cuenta a la hora de buscar nuevos programas que vamos a necesitar, como gestores de proyectos, un software de facturación, etc. Aquí las aplicaciones en la nube de pago por uso pueden ser una buena solución.
Lo mismo podemos extrapolarlo al tema de los smartphones. Ahora, que vamos a utilizar nuestro teléfono fuera de una organización, quizás BlackBerry, por ejemplo, no es la mejor opción, pero también podemos plantearnos alternativas como Windows Phone, por citar un tercero en discordia, con que tenga las aplicaciones básicas que vamos a necesitar, suficiente.
Con todo esto lo único que quiero decir, es que el autónomo que comienza su camino puede replantearse con qué herramientas quiere trabajar o cuáles le ayudan a ser más productivo. Quizás sean distintas para cada sector, pero está claro que el camino de la empresa no tiene por qué ser necesariamente el mejor para el autónomo.
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