¿Existe realmente el trabajo perfecto? Son muchos los que, después de épocas de mucho estrés laboral, se hacen esta pregunta. Hay muchos puestos de trabajo realmente atractivos para cualquier persona: probador de juegos de consola, monitor de surf en una isla paradisiaca o incluso probador de playas son algunos trabajos que muchos de nosotros aceptaríamos prácticamente con los ojos cerrados.
Sin embargo, el trabajo perfecto no existe; al menos, tal y como lo consideramos nosotros. El mejor trabajo del mundo puede llegar a ser igual de agobiante y aburrido que el peor desempeño si no ponemos de nuestra parte para hacerlo realmente atractivo. Es decir, el trabajo perfecto depende, en última instancia, de nuestra actitud hacia él.
Hasta el trabajo más aburrido o peligroso del mundo tiene un atractivo profesional; solo tenemos que buscarle su lado positivo, por muy difícil que pueda parecer a priori.
Para empezar, podemos visualizarlo y reorganizarlo de manera que nuestro trabajo se adapte a nosotros, en lugar de ser nosotros los que nos adaptemos al trabajo. Si conseguimos lograr este objetivo, la percepción de nuestro trabajo cambiará por completo. De esta manera, tendremos el control total de lo que estemos haciendo al aportar nuestros toques personales.
Ten en cuenta que siempre habrá algo en tu tarea que puede atraerte, de modo que puedes quedarte solo con los aspectos positivos. Es bueno huir de la gente negativa, de los rumores y maledicencias, y encontrar a colegas con los que estés a gusto.
Si te preocupas por saber lo que ocurre alrededor de tu trabajo, todo irá mejor. Pregunta a tu jefe cuando tengas dudas y pide feedback sobre tu desempeño profesional, de cómo lo haces y de cuál es tu valoración con respecto a tus superiores.
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