La gestión, seguridad y almacenamiento de los datos sensibles es uno de los desafíos más importantes de todas las empresas. Es importante conservar y dejar los datos a buen recaudo, y no solo a nivel empresarial, sino también a nivel legal. Sin embargo, los empleados no son todo lo cuidadosos que deberían con esta información.
Y es que la marca de USB Kingston ha publicado un estudio que revela una realidad inquietante: el 71,3% de los empleados ha perdido al menos una vez un USB con documentos de trabajo desprotegidos. Este porcentaje es ligeramente superior a meses antes de la implementación de la RGPD, cuando era del 68%.
Estos descuidos pueden salir caros a las empresas. En caso de que se produzca una brecha de seguridad en la empresa que implique una pérdida de datos de clientes o usuarios, las organizaciones se enfrentarían a multas de hasta el 4% de sus ingresos globales anuales o de 20 millones de euros (la mayor de estas cifras) y deberán informar a las autoridades.
Según Kinston, el mayor problema que sufren las empresas es el almacenamiento en dispositivos como los USB, que se pueden perder fácilmente y que, además, no suelen estar protegidos por contraseñas ni cifrados. Son uno de los eslabones más débiles a la hora de garantizar la seguridad de los datos.
La entrada en vigor de la RGPD obligaba a las empresas a cifrar los datos, pero hasta el 94% de los USB no cuenta con sistemas de cifrado que protejan los datos, facilitando así el robo de información en caso de que uno de estos dispositivos se pierda o sea sustraído.
Existen otras alternativas como la nube, que aunque ya están suficientemente implementados en las empresas, lo cierto es que todavía existen muchas brechas de seguridad que tienen que ser subsanadas en las empresas. Conseguirlo depende tanto de los empleados como de las empresas.