Normalmente en las empresas solemos trabajar con una serie de aplicaciones instaladas en nuestros equipos que podemos utilizar mientras estamos en la oficina. Pero cuando llegamos a casa, estamos en un equipo prestado o simplemente hemos tenido un problema y tenemos que trabajar con otro equipo distinto. Siempre podemos tener una serie de aplicaciones en la nube como alternativa a las habituales en la empresa.
La ventaja de estas aplicaciones es que podremos utilizarlas allí donde vayamos siempre que tengamos conexión a Internet. Un ejemplo podrían ser herramientas de diseño y retoque de imágenes que podemos instalar en nuestros equipos, pero que para cuestiones puntuales podemos utilizar de forma online.
Aplicaciones online existen para todo tipo de necesidades que tengan que cubrir las empresas. Desde la ofimática hasta la edición de vídeo, por ejemplo. Si las vamos a utilizar de forma intensiva lógicamente las que tenemos instaladas en los equipos suelen sacar más partido a las capacidades de hardware de los mismos.
Aplicaciones sencillas desde cualquier dispositivo
Se trata también de tener definidas una serie de aplicaciones que podemos utilizar para cubrir necesidades que tengamos en la empresa, desde un software ofimático, de retoque fotográfico o un gestor de proyectos, de tareas, un CRM, etc. Se trata de definir las aplicaciones que pueden permitirnos trabajar de forma semejante a lo que hacemos en la oficina.
Si buscamos bien, podemos conseguir que el nivel de compatibilidad entre las aplicaciones online e instaladas sean lo más alta posible. A la vez, las aplicaciones deben tener el mayor grado de similitud en su uso con las que ya utilizamos, de manera que el cambio entre una y otra no suponga tener que volver a aprender como se utilizan. Vale más que sean herramientas sencillas de utilizar o sobre todo intuitivas.
Al final el objetivo es conseguir trabajar desde cualquier lugar, cualquier dispositivo, sin importar sistema operativo que estemos utilizando. Si elegimos bien podemos conseguir aplicaciones que podamos usar tanto desde un teléfono móvil una tableta digital, tanto como con un ordenador de sobremesa o portátil. En alguna ocasión incluso pueden sustituir a aplicaciones instaladas si su uso es más esporádico.
La otra opción que tenemos es utilizar software portable, aunque es menos versátil en su uso y no podremos utilizarlo en cualquier tipo de dispositivo y sistema. En estos casos es una buena solución para trabajar tanto en casa como en la oficina, pero casi siempre con sistemas windows y por lo general se utilizan desde memorias USB para guardar datos en los mismos.
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