La UE le ha pedido a España que ponga en práctica una serie de medidas estructurales para aliviar la situación actual en la que nos encontramos. Todas estas medidas están destinadas a disminuir los niveles de desempleo y los graves problemas estructurales que adocelen a España. Muchas de ellas ya han sido enumeradas por muchos de nosotros en distintos sitios, por lo que tampoco son excesivamente novedosas.
Facilitar la contratación de desempleados. Esta es la historia de siempre. La población activa necesita trabajar, no prestaciones por desempleo o mejores subsidios. No vale con mejorar la situación social que es importante, por supuesto, sino hay que ser efectivo en los enfoques a medio / largo plazo con el tejido productivo. Para llevar a cabo estas medidas, se pide que se mejoren las condiciones de movilidad y la formación teórico-práctica de los trabajadores. El mayor potencial y riqueza de cualquier organización es su capital humano, y en España, en demasiadas ocasiones perdemos de vista esta prioridaed.
Mejorar la competitividad de nuestras empresas. La mejor fórmula para ello pasa por ligar la evolución de los salarios a la productividad. Este sistema tiene amplias pegas para ser implantado con objetividad en nuestro tejido productivo, dado que la mayoría de las pymes siquiera miden la productividad propia de sus líneas de negocio.
Prueba de estas carencias la tenemos en cualquier pyme de nuestra geografía. La mayoría de empresas siquiera saben / pueden / quieren cuantificar la evolución en productividad de sus distintas líneas de negocios. Por otra parte tenemos una gran dependencia del sector servicios, sector por definición difícil donde lo haya para implantar cualquier tipo de mejora productiva.
Mejoras en la formación educativa de nuestra población. Invertir en educación y llevar a la práctica una formación adecuada para todos es un derecho Constitucional. Peo este derecho se va difuminando cada vez más en el tiempo. Por mi propia experiencia personal, he pasado dos veces después de diez años por la Universidad. La caida de nivel y la rebaja de exigencias es una realidad perfectamente comparable por cualquiera de nosotros.
Tener un capital humano bien formado con unos conocimientos medios elevados es básico para favorecer un buen tejido económico. Pero a mí me da la impresión que cada reforma educativa que se lleva a cabo, merma el diseño de la anterior, en lugar de ir mejorando la formación de los nuevos estudiantes. Quizá esté equivocado, pero es la impresión que extraigo de primera mano.
Estamos esperando las reformas estructurales que anunció el Presidente hace unos días, las cuales no deben tardar en llegar. Muchas de ellas deben ir encaminadas por estos criterios. Esperemos a ver qué propuestas lanza el ejecutivo para vertebrar un verdadero sistema productivo cuando los principales motores de nuestra economía presentan unos síntomas de agotamiento realmente preocupantes.
Vía | El Mundo Imagen | Hermenpaca En Pymes y Autónomos | Crisis